12. CITA CON JASON

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El domingo por la mañana al despertar se me hizo extraño no sentir ese peso sobre mí que me dificultaba la respiración. Supuse que dónde he pasado varios fines de semana seguidos juntos con Emilio, había creado una pequeña costumbre. Sacudí mi cabeza olvidando ese pensamiento, Emilio, ahora se encontraba viajando a dónde no tengo la mayor idea, para hacer una sesión de fotos. Me estiré sobre la cama sintiendo pequeños dolores en la cadera y sobre todo en mi culo. Me levanté con cuidado y me puse un pijama para bajar a la cocina. En la cocina se encontraba papá y mamá desayunando, un exquisito olor a huevo frito con tocino invadió mi nariz. Mi estómago rugió, pero mi conciencia se sintió mal por no comer un tupper de dieta nutritiva y sana.

— Buen día — los saludé a ambos.

Los dos me devolvieron el saludo con una gran sonrisa.

— ¿Café ó té? — preguntó mamá.

— Ésta vez un café, por favor.

— ¿Qué tal la pasaste anoche con tus amigos, Joaquín? —preguntó mi papá tomando su té.

— Uhm... Bien, algo loco y divertido... — murmuré tratando de ocultar mi nerviosismo.

— Sabes que hay que tomar alcohol de forma moderada, ¿sí? — habló mi padre serio.

Conecté con su mirada y abrí muy bien los ojos.

— ¡Papá! No soy un alcohólico, ni un drogadicto... — me defendí —. No es necesario eso para divertirse... — murmuré lo último. Porque con Emilio no se necesitaba nada más que su polla para pasarlo bien.

— Sólo digo...

— Uberto, no lo cohíbas, que después no sale — regaño mi madre —. Deja que el niño disfrute su juventud, nosotros ya disfrutamos la nuestra.

Mire a mi mamá agradeciéndole con un asentimiento y ella me guiñó el ojo. No se habló más del tema, y papá solamente empezó a preguntarme que tal iba la escuela y si estaba ansioso por graduarme. Faltaban pocas semanas para eso, y me alegraba de por fin salir. Además, se acercaba la navidad y quería darles un pequeño regalo a ambos.

El domingo no fué muy diferente a los otros antes de conocer a Emilio. Me la pasé leyendo y estudiando, ésta vez también estuve viendo universidades.






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Llegado el lunes, tan sólo estuve dentro de la escuela unos minutos cuándo una mano en mi hombro llamó mi atención. Al darme la vuelta estaba Jason. Su rubia cabellera brillaba con el sol del amanecer y sus ojos azules parecían mostrarte el mar.

— Jason — fuí el primero en hablar.

— Joaquín... Yo lamento si fuí algo agresivo la última vez... —se disculpó —. Espero puedas perdonarme...

GRINDR // Adaptación EmiliacoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang