33. Suya

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Me dejo caer y empiezo a mover las caderas sobre él, y por primera vez en mi vida escucho a un hombre gemir. Si de por sí ya no tenía mi cuerpo del todo controlado, lo poco que quedaba se va.

Si él me quisiera atar y salir y a hacerlo en el balcón, sedería, solo con la condición de que siempre fuese él.

-Guíeme y enséñeme como le gusta -veo como sus ojos oscurecen y me toma de las caderas haciéndome mover a su merced.

Me aprovecho de la situación y poso mis manos en su pecho tocándolo delicadamente. Podría acostumbrarme a esto.

-Darah... -hecha la cabeza hacia atrás y veo como la manzana de su cuello se mueve para tragar -No pares -vuelve a tragar grueso -Sigue... sigue moviéndote así -tomé su barbilla para que me viera y lo vuelvo a besar

él empieza a meter su mano en mi cabello profundizando el beso. Al quedarse sin aire corta el beso y siento como sus manos acarician mi cuerpo. El delicado toque de sus manos toscas haciendo recorrido de mis muslos a mis senos para empezar a jugar con ellos.

Muevo mis caderas hacia atrás y las arrastro hacia adelante, lo que me hace cerrar los ojos. Estoy al borde, cuelgo de un hilo. Al abrirlos lo veo sonriendo.

-Me gusta verte así. -vuelve a darme una repasada con sus ojos. Siento que sus caricias se detienen en mi trasero y lo aprieta seguido de una embestida. Dejándole todo el trabajo a él me dejo caer sobre su pecho para poder regular mi respiración

-Adam -gimo directamente en su oído

-Me voy a venir.

-No lo saques -le advierto y él no lo hace. Continúa moviéndose hasta que siento algo caliente dentro de mí, pero no se detiene hasta que entienda que yo también llegue.

-Ah! -siento como puedo volver a controlar completamente mi respiración y él se detiene abrazándome. Aún acostada sobre él puedo sentir como nuestras respiraciones se sincronizaron. Toma mi cuerpo y me pone debajo de él fácilmente.

Es increíble la facilidad que tiene para moverme a su antojo.

-Puedes? -me mira y yo asiento sonriendo. Podría hacer esto hasta que me desmaye, con este hombre estoy dispuesta a aguantarlo hasta el amanecer.

-Puedo -le aseguro.

-Levanta las caderas -obedezco y lo veo poner una almohada debajo de mi cadera -Si me hablas así en la cama, no seré tan generoso -hago el ademán de responderle, pero vuelve a adentrarse en mí y lo único que salió de mi boca fue un gemido, pero me logro recuperarme.

-Como usted diga. -lo último que quiero es su generosidad -Haga de mi cuerpo nada, esta noche y todas las tenga en vida. Seré toda suya -me mira y realmente no sé cómo interpretar esa mirada.

-Repítelo. -me ordeno con un tono de voz, que sentí como baila por mi cuerpo.

-Y todas las noches que tenga vida. Seré tod... ahhh -lo siento entrar por completo -Adam... Adam...

-Termina la oración -habla con un tono dominante y eso me gusta.

-Y todas las que tenga en vida. Seré toda.... -en un abrir y cerrar de ojos está sentado en la cama y yo sobre él. Toma mi cintura y todo de él entro en mí de una sola sentada -Ahh... -me sujeto de sus hombros y dejo caer mi cabeza sobre su hombro -Más Adam, dame más.

Es lo que quiero y es justo lo que me da. A mí también me gusta verlo así, vuelto loco por unas palabras.

-Te dije que terminaras la oración. -no sé cómo se las arregla para poder hablar con la respiración tan agitada y gimiendo al mismo tiempo.

No puede ser tan complicadoWhere stories live. Discover now