50. Preciosa

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Escucho el timbre sonar por primera vez en la noche y veo a María dirigiéndose a abrirla. Siento que mis manos sudan y mi cabeza da un par de vueltas.

-Bunas noches –escucho la voz de mamá y mi familia no tarda en aparecer. Al ver la casa mamá sonríe de oreja a oreja y se acerca a mí con los brazos abiertos –Es la primera vez que te prestas para una fecha especial –me dice abrazándome.

-Buenas noches, para ti también –le digo sonriendo y me separo de ella para abrazar a los demás.

-Y Darah? –lo miro negando. Me siento traicionado.

-Abuelo, yo también estoy muy feliz de verte –me sonríe y se acerca a abrazarme –Llegará en un momento, pónganse cómodos.

-Tú no eres mi hijo –papá me mira negando y yo empiezo a reír.

Escucho que el timbre vuelve a sonar y me quedo mirando a la dirección que te lleva a la puerta. Veo llegar a Óscar juntos a sus padres y su hermana.

-Me extrañaron? –me mira y yo empiezo a negar –No te hagas el duro porque tu familia este aquí –se termina de acercar y me da un abrazo. Me separo de él para saludar a sus padres y a su hermana.

-No debieron molestarse –tomo el regalo que su madre me tiende.

-Ay, no digas eso que me pone de mal humor –niego sonriendo –Lo trajimos porque nos pareció un bonito gesto tu invitación.

-Muchas gracias –ella asiente –Pueden ponerse cómodos, donde gusten.

Veo que se acercan a mi familia y el silencio de la casa desaparece. Óscar se queda a mi lado y me empuja delicadamente el hombro.

-No te duele la cara de fingir sonreír? –volteo a verlo y niego.

-No estoy fingiendo –pone su brazo en mi hombro y niega lentamente.

-Sabía que el espíritu navideño cumplía muchas cosas, ¿pero un milagro de ese calibre? Lo dudaba –lo empujo obligándolo a dejar su apoyo en mi hombro y escucho que alguien más entra a casa.

Veo a Lissa sostenido la mano del pequeño junto a un hombre pelirrojo de ojos verdes. Debe ser del que Darah me hablo. El pequeño se zafa del agarre de su madre y viene corriendo hacia mí, yo me agacho y lo tomo en brazos.

-Que tal pequeño? –toco su pequeña cabeza acariciándola, hasta que se deshace de su agarre en mi cuello y puedo ver su cara.

-Hola! –nos dice Lissa emocionada antes de que el pequeño pueda responderme y escucho a Óscar aclararse la voz.

-Bienvenidos –veo al hombre junto a ella y me tiende la mano.

-Ezra –definitivamente es él. Sosteniendo al pequeño con una mano, acepto la de su padre.

-Adam, y él es Óscar –suelta mi mano para dársela a Óscar.

-Donde está ella? –me mira sonriendo.

-Arriba, puedes pasar si quieres. –ella no se lo piensa dos veces y corre hacia las escaleras dejándonos a los cuatro solos.

Dejo al pequeño en el piso y él toma la mano de su padre. Nos quedamos en un silencio incómodo hasta que vuelve a aparecer otra persona. Alexa, la que nos ve y toma un respiro para no reírse.

-Buenas noches, caballeros –se acerca dándonos un corto abrazo a los tres y tomando en brazos al pequeño –Quien lo diría –dice a punto de reír.

-Decir qué? –Óscar le pregunta y ella hace señas de cerrar su boca. Antes de que preguntara solo levante el dedo señalándole el segundo nivel de casa y desaparece junto al pequeño al igual que Lissa.

No puede ser tan complicadoWhere stories live. Discover now