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Desperté en una habitación y cuando intenté levantarme con mis manos sentí una punzada en cada dedo que me obligó a recostarme nuevamente. Note que estaba cubierta de vendas y simplemente sonreí por el echo de haber llegado a mi destino, con las pocas fuerzas que tenía me levanté y camine por el terreno desconocido que supongo y es el castillo.

–Es un castillo enorme, pero hace mucho frío...– temblé ante la fuerte ventisca del lugar.

–¿Lucy?–.

Al mirar en una habitación ví a Sanji el cual estaba vendado de la cabeza y tenía alguna que otra curita en su cuerpo, al verme corrió hacia mi y me abrazo con fuerza lo que me dejó sorprendida y algo adolorida.

–¡Sanji, me alegra ver qué estes bien!– le regrese el abrazo con alegría. –Pe-Pero me estás lastimando–.

–¡Perdón! ¿Cómo estás, te sientes bien, te duele algo?– el coloco sus dos manos en mis mejillas y me analizo a detalle.

–Tranquilo, no hay nada que una rica sopa de pollo no cure– aún en los peores momentos seguía siendo una muerta de hambre.

–Escucha Lucy yo... En serio lamento que tuvieras que hacer todo eso sola– el bajo la cabeza como un perrito regañado.

–No te preocupes, no fue nada– intenté quitarle la importancia al asunto pero su cara me dejaba en claro que el no estaba de acuerdo con eso.

–¡¿Que no fue nada?! ¡Mírate! Estás llena de vendas de pies a cabeza pareces una momia... Esto fue mi culpa– el estaba molesto consigo mismo.

–Escúchame Sanji, en esos instantes las cosas se nos complicaron pero debes entender algo. Si el plan no funciona cambia el plan, no la meta–.

–Pero...– lo termine interrumpiendo.

–Era algo que tenía que hacer para mantener a salvó a Nami y a ti, eso es lo único que importa ¿Lo entiendes?– le devolví el cabello y el río.

–Si capitana...–.

Mientras hablábamos escuchamos una voz femenina en un cuarto cercano y al reconocerla Sanji y yo nos miramos por un momento antes de correr rápidamente a esa habitación encontrándonos con Nami siendo revisada por la doctora Kureha, al vernos ella se alegro y nosostros el doble al verla estable.

–¡Cisne Nami! ¿Te encuentras mejor?– Sanji fue el primero en acercarse.

–Estoy bien, ya la doctora dijo que me atendió a tiempo antes de correr riesgo de muerte... La pregunta aquí es que si ustedes están bien, es especial tu Lucy– le di una sonrisa divertida.

–Fresca como lechuga mandarinita– me acerque a ella para verla y solo recibí un besó.

–Literalmente pareces una momia...– ella volvió a morderme el labio inferior al separarse.

Ella se burlo de mi sonrojo y Sanji se desmayo ante la vista mientras le sangraba la nariz.

–Si, si, reunión feliz. Pero si que tuvieron agallas para venir aquí...– la doctora Kureha suspiro.

Mientras todos hablábamos con tranquilidad sentí una pequeña precencia cerca de la entrada de la habitación y al voltear ví al pequeño Chopper observarnos con cautela oculto tras la pared... Aunque se estaba escondiendo al revés.

–Oye amiguito, te estás escondiendo mal– me dió ternura su reacción.

–¿A quien le hablas?– Sanji se levantó y fijó su mirada en Chopper. –¿Un reno?–.

El pobre animal palideció y Sanji salto con entusiasmo pero no planeaba nada bueno para nuestro doctor.

–¡Es perfecto! La sopa de reno es perfecta para calentar a mi cisne Nami y a mi capitana–.

The Stand Master (Reencarnando En One Piece) *Reescrita*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora