02

222 26 14
                                    

Aveces detesto los castigos de Mcgonagall, un mes ordenando y limpiando la biblioteca, ese iba a ser el  castigo de Black y mío.

Estaba ordenando unos libros en un estante, la bibliotecaria no estaba a la vista, y eso era bueno, por qué esa mujer con su aspecto daba miedo.

Tomo un libro de esos con los que romperías una mesa con ellos para acomodarlo en la parte baja del estante, cuando escucho un ruido fuerte y un quejido del pasillo continuo.

–"Mierda, ¿quién se habrá matado?"–Dejo el libro y voy al pasillo de al lado, cuando entro veo un montón de libros esparcidos por el piso.

Abajo de ellos logro divisar a mi compañero de castigo sobándose la frente.

–Por Merlin, Black, por poco te partes la cabeza. –trato de aguantar mi risa, la imagen era de verdad chistosa para mí
–En vez de reírte podrías ayudarme– comenta Black tratando de sacarse los libros de encima

–Emmm, no, te vez muy chistoso intentado salir de ahí, como un gatito tratando de salir del agua – solo sonrió para luego darle mi mano a Black para que se levanté.– ¿Que paso Black? ¿El estante te asustó ?

Miro el ya mencionado estante, pude notar que este estaba ordenado  alfabéticamente y por categoría

–Ja ja ja, muy chistosa, no, solo coloque mal un libro y se me vinieron encima

–Oh,¿ y me lo perdí? – solo pude reír mientras recogía dos libros del suelo

–Que es eso? –me pregunto el chico al lado mío, no entendía de que hablaba hasta que sentí que sacaba algo de mis tunicas

Era una carta

–Una carta de amor ? Estás enamorada Evans ? – trate de quitarle la carta de sus manos pero fue imposible, Regulus era mucho más alto que yo

Empezó a leerla en silencio con una sonrisa en su rostro que luego desaparece para darme una mirada qué no puedo descifrar con exactitud

–Quien sea el remitente de esta carta, no te merece – pronuncia con una seriedad en su voz bastante particular

–Tu no deberías meterte en mi vida personal – Le quitó la carta de las manos para volver a guardar en los pliegos de mi túnica

–Eso es cierto, pero cualquiera que lea esa carta que tengo un poco de sentido moral sabría que esa persona no te conviene

–Habla el puritista de sangre –pronuncio con asco

Black se va agachando hasta quedar a la altura de mi oído para susurrar solo para que yo escuché

–ni tu ni yo podemos hablar de sentido moral, Evans

Apesar de sus palabras para provocarme algún sentimiento negativo, la acción de su parte provocó que mis mejillas se pusieran de un color parecido al carmesí y que mis manos empezarán a temblar un poco

Acto seguido de esto se vuelve a enredezar con una sonrisa Irónica en su rostro

–Tu y Yo somos iguales Evans!- Dice en alto caminando hacia otro pasillo.

–Tu y yo no somos iguales! –siento que alguien me regaña detrás de mi, era la bibliotecaria, Madame Pince. –lo siento

Detestaba que Black se quedará con la última palabra, siempre le contestaba a pesar de que eso me provocada algo malo

Tomo un libro de la repisa que estaba mal posicionado dejando ver el pasillo continuo dónde estaba Black

Miro por última vez al pelinegro el cual recoge unos pergaminos del suelo

𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝕭𝖑𝖆𝖒𝖊 𝖒𝖊 Where stories live. Discover now