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Narrador omnisciente

3 meses habían pasado desde esa vez en la cual Violet y Regulus se entregaron el uno al otro físicamente y emocionalmente hablando.

Ahora solo era un recuerdo que bailaba por sus mentes a cada instante que se veían a lo lejos

Regulus no volvió a hablar con Violet, es más, en lo que les quedaba de castigo en la biblioteca no se dijeron más que cuatro palabras entre los dos

A la pelirroja esto la rompía por dentro, ella quería hablar con el, volver a sentirse que esos ojos grises la miren, por qué ni eso hacia Regulus, ni la miraba

La menor de las Evans se sentía como una estúpida, una ilusa que le dió la oportunidad a la primera a ese estúpido hombre que pareció no valorar lo que ella le dió

Es cierto que Violet no era virgen, ni un poco, pero le dió a Regulus algo que a los demás con los que a estado no les dió, su corazón

En estos meses la pelirroja de ojos azules lloraba a solas por sentirse así, pensó que a la semana se le pasaría pero no fue así, cada que lo veía por los corredores, en las clase o en el gran comedor sus sentimientos se intensificaban más

Recordaba sus labios junto con sus besos, el como a pesar de que todos esos años se llevaban mal en ese momento la trato como si de un diamante se tratara, con suma delicadeza, como si tuviera miedo de dañarla.

Pero Regulus tenía sus propias razones por las cuales dejo de buscar a la pequeña pelirroja

Hablando de este último, estaba en la sala común de Slytherin la cual estaba vacía, casi todos estaban en clases extra programáticas

La clase de Alquimia se había cancelado por hoy por un problema que había tenido el profesor que tenía que atender urgentemente.

Estaba sentado al lado de una de las grandes ventanas de la sala común, en la cual se veía el lado negro a la perfección

El ya no le daba miedo las extrañas criaturas de ese extraño lago, pero aveces asustaban por su forma rara de aparecerse en el ventanal.

Sintió unas pisadas pero no le prestó atención a ellas hasta que estás cesaron cerca de el

Despegó la vista de su libro de música clásica Muggle para mirar a un costado de el

A una distancia prudente estaba la chica que causaba todos sus problemas

–Si quieres me marchó y dejo la sala común solo para ti– el heredero de los Black estaba a punto de levantarse hasta que la voz de la chica interrumpió cualquiera de sus acciones.

–Te odio– Dijo tan tajante como dolida, como si esa palabra quisiera apuñalar al chico que tenía a unos metros de ella con su uso.

–Eso ya lo sabia– Respondió el pelinegro mirando a la chica pelirroja desde su asiento en el sofá.

–Odio tus estúpidos ojos grises– ahora escupía las palabras con bastante odio, o talvez rencor.

–Eso es nuevo

–Odio tu estúpido y patético cabello negro con rizos perfectamente definidos– Regulus ahora se levantó del sofá y con sus brazos cruzados miraba a la chica sin entender a dónde iba

–Odio que tomes café negro todas las malditas mañanas

–Espera. . . Cómo sabes que tomo café negro todas las mañanas?

–La música clásica me da asco gracias a ti

–esta bien Dulce, no se a que se deba esto pero –el chico Black fue totalmente interrumpido por la chica

𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝕭𝖑𝖆𝖒𝖊 𝖒𝖊 Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora