𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝕭𝖑𝖆𝖒𝖊 𝖒𝖊

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Violet

Odio las mañanas, debería estar prohibido levantarse tan temprano, y yo no tenía por qué levantarme temprano, sabía perfectamente que hoy no tenía que tomar el expreso para volver a londres, bueno eso fueron las palabras de el profesor Slughorn cuando Filch nos atrapó a Regulus y a mí después de 40 minutos corriendo por los pasillos y corredores del castigo

De todas formas, me levanté y empecé a buscar en mi armario prendas de ropa que sean para el frío, por qué Reino Unido es muy frío, Hogwarts es mucho más gélico

–No has hecho tus maletas aún Vili?– la voz de Chang salía del baño, la miro de reojo y estaba cepillando su cabello negro lacio y recto

–No tomaré el tren para las fiestas– le comenté sacando de mi armario unas medias oscuras y un suéter de color rojo Cherry

–Y por qué no? No quieres ver a tu hermana Petunia?– se me había olvidado mi hermana, mi fastidiosa hermana mayor, agradecí a cualquier deidad por no tener que reunirme ahora luego de nuestra escena en el cementerio

–No es solo por Tuney, es. . . Una consecuencia de mis acciones– tomo como referencia lo que nos dijo Mcgonagall a Regulus y a mí cuando nos "indignamos" por nuestro castigo

Veo a Chang poner sus manos en forma de puño y las coloca en sus caderas

–Ahora que hiciste Violet Margaret Evans?– su pregunta no fue agresiva ni molesta pero si fisgona hacia mis palabras

Oh menor dicho, a mis acciones

Unos golpes en la puerta me salva de tener que explicarle todo el trasfondo a mi amiga

–Señoritas dense prisa, hay un tren que no espera todo el dia– la voz de la prefecta de Slytherin se escuchaba al otro lado de nuestra puerta

Nos apresuramos en vestirnos, mi vestimenta se complemento con una falda color chocolate y unas botas del mismo color, las botas eran de Lily, por qué si ella no me devuelve mi bufanda yo no le devuelvo sus botas

Al terminar de vestirme ayude a Chang a llevar sus pesadas maletas

–Vas por unos días Chang ¿Que rayos llevas aquí? –la maleta azul suave era la que más pesaba

–Le llevo ranas de chocolate a mi mamá, si, creo que me pase un poco– y de verdad se había pasado bastante con la cantidad de ranas de chocolate que llevaba, al menos la señora Ji-eun Chang iba a tener estas golosinas por un largo tiempo.

Al llegar a la sala común arrojo sus maletas a uno de los sofás verdes del lugar, mis brazos se habían fatigado y eso que fue una distancia mínima que las tuve que cargar

–Tu no soportas nada– me dice mi amiga pelinegra con su mochila colgando de su hombro derecho

–Claro, por qué tú pequeña mochila pesa más que tus maletas con toneladas de chocolates mágicos– ella intento arrojarme su mochila pero una voz detuvo su acción

Y menos mal que eso la freno, por qué si iba a agarrar la maleta y lanzarla a la gran ventana de la sala

Ah espera, estamos bajo el agua, no lo pensé y menos mal no lo ejecute