CAPITULO 16

325 10 0
                                    


Hoy nos levantamos temprano a pesar de que queríamos seguir en la cama, nos duchamos y vestimos colocándome en el camino jean's tiro alto, camisa negra y tacones de punta fina para después maquillarme, Dimitri lleva un pantalón de vestir y camisa de botones. luego de desayunar decidimos que teníamos que ir a la bodega a empaquetar algunas toneladas de FHMR ya que haríamos una entrega personalmente, es mi primera vez ya que nunca había hecho una en persona, el día empezó raro ya que desde que me levanté tengo un mal presentimiento.

—No deberíamos hacer esto Dimitri, Ahmet puede hacerlo. Tengo un mal presentimiento—digo terminando de meter la ultima tonelada en el container.

—Pequeña no le eches sal al agua, todo irá bien—me besa—. A parte iremos con todos nuestros hombres para que te sientas mejor, ¿vale?—pregunta enarcando una ceja y asiento.

Al terminar suben el container al camión, nos aseguramos que que todo esté en orden mientras le damos un último chequeo a la seguridad y a las armas, para cuando vemos que todo está correcto nos ponemos en marcha, la entrega será en una bodega abandonada a las afuera de la ciudad, con quienes haremos el intercambio son unos sirios con los que Dimitri tiene problema hace mucho tiempo, se venden hasta por un cereal pero no podemos terminar todo con ellos por una cláusula de por medio que tiene una duración de año y medio, luego de ese tiempo cada quien podrá decidir si seguir o no, hasta el momento toca jugar a la ruleta rusa con ellos.

Dimitri y yo vamos en su auto ya que mi esposo quería conducir, voy un poco ansiosa así que reviso mi arma cada que puedo como también reviso varias veces si mi arma de espalda sigue en su lugar, compruebo que las navajas en mis botas no se hayan movido ni un centímetro, miro por el espejo retrovisor las camionetas de seguridad y el camión, hasta el momento todo está en orden. Después de media hora de camino por fin llegamos a la bodega y escucho a Danil hablando por el auricular de seguridad.

—Algunos de los hombres se están dispersando por el área y estarán avisando de cualquier movimiento raro, Los demás irán detrás y otro al lado de ustedes. Los sirios han llegado.

Entendido—dice Dimitri mientras bajamos del auto, tenemos que caminar unos pasos para llegar a donde se encuentran los sirios así que aprovecho de hablar con Danil y Kirill.

Danil, Kirill reporten sus puestos.

Danil a doce metros del franco derecho con la cabeza de Hasan Abadi en la mira, sabe que decir si lo quiere con moscas en la boca jefa.

—Kirill a catorce metros del franco izquierdo con los Zares en la mira. Vigilaré las entradas también.

—Entendido.

  Caminamos hasta estar cara a cara con nada más y nada menos que Hasan Abadi, dueño de la mafia Siria y algunos clanes marroquíes. Hasan es alto 1,89 le calculó, 40 años de edad, tez blanca y ojos verdes casi amarillos, cabello castaño con canas y barba, lleva puesto un elegante traje a medida que a comparación a mi esposo, Dimitri se ve mejor en su traje. Hasan nos da una sonrisa ladeada relamiéndose los labios mientras nos repasa de arriba hacia abajo y veo que anda con un acompañante quien es la copia exacta pero no pregunto ya que no me importa, además se nota a leguas que son hermanos.

—¡Cuanto tiempo sin verlos queridos socios!, disculpen por lo asistir a la coronación, no fui invitado —exclama el cínico con su pésimo ruso ya que el árabe se le marca hasta por las orejas—. Sé que fue solo una semana desde la ultima vez que hicimos negocio sin pero esto de hacerlo personal es muy distinto a cuando mandan a sus sirvientes.

—Dejémonos de juegos Hasan y danos el dinero—lo fulmino con la mirada mientras le siseo como una víbora notando como su hermano me da una mala mirada.

Amor color carmesí Where stories live. Discover now