Historia hecha por: guyNumber23
El amor es una cosa muy complicada. Cambia la forma en que uno ve el mundo que lo rodea y nos empuja más allá de nuestros límites. Pero hay una delgada línea entre el amor ardiente y la loca obsesión, y es posible qu...
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Aizawa escuchó la larga narración con los mismos ojos cansados y sin diversión, y fue una historia bastante larga.
Himiko se estaba divirtiendo mucho hablando y estaba seguro de que exageró mucho la verdad, pero hasta ahora no detectó ninguna inconsistencia.
La línea de tiempo se verificó con su desaparición y regreso, y no pensó que Himiko llegaría al extremo de explotar a propósito solo para fingir.
Recovery Girl hizo un examen antes de administrar su peculiaridad y todas las heridas eran reales. Ahora tenía que ver cómo la historia se comparaba con la versión de Eri, y eso era todo. Su castigo se decidiría después de eso.
"Bueno, entonces, veamos cómo tu historia se compara con la otra persona involucrada", dijo Aizawa, saliendo de la sala de interrogatorios, pero antes de irse, el héroe profesional miró al adolescente verde. "Midoriya, quédate aquí y vigílala. Probablemente no te lleve tanto tiempo con Eri".
"Hai", respondió el joven.
"Y Midoriya", Aizawa se detuvo y lo miró fijamente a los ojos, atravesando el alma del joven. "No hagas nada estúpido".
Midoriya asintió en silencio, pero podía sentir el peso de esas palabras. Era a la vez una advertencia y un consejo.
Por supuesto, él no pretendió hacer nada con Himiko, aparte de verla finalmente encerrada en una celda de máxima seguridad para nunca más ver la luz del día.
Debería haber optado por esto desde el principio, trauma o no. ¿Para qué más sirve la terapia?
Se sintió aliviado, soltó un largo suspiro y se quitó un gran peso del pecho. Tal vez las cosas podrían volver a la normalidad, o al menos a su nueva línea de base de "normalidad".
Midoriya quería compensar a las chicas por no estar en los últimos días, aunque entendían la situación por la que estaba pasando.
Le habían apoyado completamente y respetado su deseo de mantener un poco de espacio mientras se concentraba en la tarea de encontrar a Eri, pero aun así insistieron en permanecer a su lado.
Al compartir parte del peso, estos terribles días se sintieron mucho más ligeros sobre sus hombros.
El susurro de cadenas lo sacó de sus pensamientos. El adolescente verde miró al rubio, todavía esposado, jugueteando con las cadenas atornilladas a la mesa de metal.
Ella jugueteaba ociosamente, con un pequeño ceño fruncido en su rostro. Luego, miró hacia arriba al azar, encontrándose con su mirada, y mostró una leve sonrisa.
"Lo siento, las esposas me están lastimando un poco las muñecas. ¿No son demasiado apretadas?" Dijo, levantando ambos brazos y mostrándole las esposas.
