Capitulo 6

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"Me alegro que sepamos ya que estés mejor, tenía mucho miedo de que algo malo te pasara, no podía vivir con la culpa encima... Esto es tan doloroso... No es justificación, pero esta ha sido la primer vez que le ayudo a alguien a mentir. No tuve opción. Lo que más me daba miedo era que me descubrieras, por suerte todavía no lo haces. Las buenas intenciones aveces te llevan a la mentira... Estas excusas no son de gran alivio para mí. No sé si seré tan afortunada al recuperar tu confianza, y que sigamos siendo las mejores amigas. Que digo amigas... Las mejores hermanas del universo... ¿Sabes lo que deseo? Que ojalá nadie salga perdiendo en todo esto... Lo que te hizo ese imbécil no tiene nombre, ambas sabemos porqué ocurrió todo esto."

Sueños...

"Cirila"

Luces blancas...

"Hija, ¿puedes oírme?"

"Tranquila, hija. Mami está contigo"

Un crucifijo...

"Estarás bien"

Todo lo que pudo remarcar mi mente hasta ahora... Secretos.

La tristeza es la emoción básica opuesta a la alegria. Aquella que te desvía del camino de la felicidad y termina cabalgando por los lomos de la depresión, el llanto... La ansiedad y la melancolía. Pero ésta también puede servir para enterarnos de sucesos graves: como una cosa, una mascota o, incluso una relación de pareja. Justo lo que me pasó ahora.

Mi ruptura con Derek y la humillación de Motnserrat me llegaron como balde de agua fría. Provocaron en mí una llaga muy difícil de sanar.

El agua fría recorría cada parte de mi cuerpo mientras los imborrables recuerdos carcomían por completo mi mente: aquel desmayo, aquel viaje astral... Pero sobretodo, a lo que me había diagnosticado el doctor. Ayer me habría convertido en una víctima más de las crisis de ansiedad, que, por culpa del estúpido ese, se han transformado y se transformaran en una horrible pesadilla por el resto de mis días.

Después de mi regreso del hospital, tuve la decencia de llamar a Dayma para poner en marcha mi plan de venganza en contra de esos estúpidos. Primero fuimos a una tienda de autoservicio, regresando a casa de Derek acompañadas de dos cartones de huevo. La guerra había empezado. Nunca olvidaré aquellos semblantes llenos de sorpresa y tensión al vernos estrellar cada blanquillo en esas paredes color blanco, mientras les decíamos gran cantidad de peladeces al tipo y a su nueva víctima; era evidente que estuvieran ahí ambos en ese preciso instante.

Por otra parte, Dayma llamó a uno de sus primos para planear mi venganza en contra de Towers, vaya trabajito que le costó hacer: ¿destruir por completo el auto del padre de Montse y grafitear con pintura negra las puertas del vehículo formando la palabra "zorra" en el? Definitivamente, eso trajo muchos pleitos en su familia. Pero lo que si me da mucho gusto fue que al menos le cumplí mi palabra a la zorra esa.

Cepillé mi cabello humedecido mientras oía el trinar de los pájaros. Day no tardaría en volver del colegio y eso me ponía muy ansiosa, pues quería saber si habría laborado lo que le encargué la noche anterior por whatsapp. Pasaron varios minutos, hasta que noté su presencia desde la ventanilla de mi habitación; al parecer venía acompañada de Trevor.

Deshice el reguero del lugar y esperé a que mi madre les diera acceso a ambos. Logré hacerme la desentendida en cuanto escuché golpes a mi puerta, pensando que podrian ser ellos.

—Adelante.

Grité hacia el otro lado, dándoles la entrada a la alcoba.

—¡Amiga!

STAR, la fuerza del amor © N°1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora