Capítulo 7

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Las iris azuladas de Yolo se encontraban clavadas en un punto fijo del patio del instituto . desde una esquina, podía notar sus risas acompañadas de un rodeo de ojos. Pareciera que hubiera visto un espectáculo de magia o algo parecido.

—¿Qué haces? —Me dirigí hacia ella para saber el por qué de sus carcajadas, y el motivo por el cuál se hallaba así—. ¿A quién miras tanto?

—A nadie, Cirila.

—¿A nadie?, si te la has pasado todo el receso mirando a quién sabe quién —señale el área fijada—. Llevo horas viendo cómo te ríes —Incorporé una mano en mi cintura, siguiendo con el interrogatorio—. ¿A qué se debe el motivo?

Por su parte, recibí un leve suspiro y, finalmente, un señalamiento a los responsables de aquel coro risueño.

—A eso.

Seguí el apunte de su dedo con la mirada, para saber a quién estaba espiando, y al hallar el punto exacto de la discusión, me llevé una gran sorpresa.

—¿Qué hace Dayma hablando con Fernaco —Fruncí mi entrecejo, observando a la rubia—. ¿Tú sabes algo de esto?

—Obvio no, amiga —movió la cabeza de un lado al otro, rápidamente—. Yo no sé nada.

Como líder Golden Girl, y por experiencia propia, sé cuando alguien del grupo o algún amigo mio está mintiendo. Yolo era un claro ejemplo. Su silencio y forma de beber el jugo de manzana que se encontraba tomando en éste momento, claramente me daban una respuesta clara y concisa. Mi amiga estaba mintiendo. Estoy segura que sabe algo que yo no sepa.

—Yolo... —Con la mano en la cintura, miraba cómo daba tragos fingidos poco a poco. Terminando de deshacer el cartón de la bebida, por tanta succión que le estaba dando—, Yolanda Ángeles Reyna Smith, ¿Qué es lo que me estás ocultando? Dímelo ahora, o sí no quieres que...

—Alright, alright —Detuvo mi anatomía con sus dos manos, y prosiguió con su declaración—, está bien —suspiró—. Lo que pasa es que... Dayma y yo echamos un volado y ella perdió.

El silencio se hizo presente en nuestro entorno.

—Y... —irrumpí, animándola a continuar.

—Y... —Un brusco suspiro, escapó de sus labios—, ahora a ella le tocó buscarte pareja para el baile de al esta noche.

—¡¿Qué?! —reclamé, fúrica—, ¡Pero si le dejé muy en claro que no iría a ese baile! —Me llevé la mano a la frente, dando vueltas de un lado al otro—. ¿Por qué insiste que vaya? ¡¿Por qué?!

—Hola, chicas.

Y ahí estaba ella. Dayma Vidal. Llegando con una expresión cargada de victoria y éxito, por haberme encontrado pareja para al rato. De verdad era muy tremenda.

—¡Tú! —La señalé con mi dedo índice—. ¿Me puedes explicar, qué hacías con Fernando? ¿Qué no te das cuenta que ya volviste con Trevor? —Intentaba hablar, pero, tal parece que mi fastidioso interrogatorio no la dejaba—. ¿Qué es lo que te pasa, Day?

—Para, Ciri —Me detuvo con sus dos manos , para aliviar mi alteración—. Vengo muy de buenas por lo que acabó de hacer por ti.

Crucélos brazos, molesta.

—¿Qué hiciste?

—Pues... Ya que gracias a ti mi relación con Trevor ha mejorado, en agradecimiento, de parte de Yolo y mía, hemos decidido... Conseguirte pareja para el baile de bienvenida de la secundaria.

—¡¿Qué?! —miré a ambas chicas, y, a continuación, puse mis ojos en la ojiverde—. ¡¿Que hicieron qué?!

Recibí un alegre asentimiento de cabeza por parte de Dayma. Aceptando mis preguntas irritables.

STAR, la fuerza del amor © N°1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora