LV.

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Bianca: >>¿Estarás libre hoy? ¿Puedo invitarte a almorzar?

Luisa: >> Sí ¿Nos vemos en el lobby de mi hotel?

Bianca: >>¡Perfecto!

>>¿A la una te parece bien?

Luisa: >> Veo que recuerdas que no me gusta comer temprano.

Bianca: >>jaja hay cosas que no se olvidan


—Almorzaré con mi amiga—dijo Luisa, mirando a Marlon secarse el cabello con una toalla—. ¿Puedes creerlo?

—Me alegra que se encontraran—respondió él, dejando la toalla sobre la silla y acercándose a la cama—. No puedo acompañarte a desayunar—trazó un camino de besos en la espalda de Luisa—, la primera rueda de prensa del festival es un rato.

—Lo sé—respondió ella, cerrando los ojos para disfrutar de aquella sensación.

—¿No te importa que me separe de ti un rato?—preguntó juguetón él, rozando suavemente sus dientes contra el cuello de ella, haciéndola estremecer.

—Estaré bien—dijo Luisa, girándose sobre la cama para besarlo.

—¿Estás segura de que quieres que me vaya?—preguntó él, entre besos.

—Sí, estaré bien—repitió ella, pero contrario a lo que decía, se acomodaba debajo de él.

—¿Cómo estoy de horario?—quiso saber, deslizando sus besos sobre la piel desnuda de ella.

—Estarás a tiempo—respondió Luisa, enredando sus dedos en el cabello de Marlon.

—Que bueno, porque realmente tengo muchas ganas de hacerlo otra vez—murmuró él—. Una y otra vez.

¡Ciao, bella!—saludó Bianca, mientras se acercaba al sillón donde Luisa la esperaba.

—¡Hola!—saludó la otra, sonriendo.

Bianca se sentó en el sillón y miró a su amiga, como si no pudiera creer que estuviera frente a ella.

—¡Cuéntame todo!

Y Luisa, sintiéndose como en aquellas tardes donde escuchaban a Caramelos de Cianuro en su habitación mientras hacían la tarea de historia, le contó todo. Mientras comían un delicioso almuerzo se contaron cómo había sido la universidad, los primeros empleos, los primeros amores.

Luego a Bianca le interesó cómo la vida de su amiga se volvió un infierno tras hacer fotografías de denuncia sobre la situación en que se vivía en muchas zonas del país y como decidió cambiar de vida e irse a Nueva York.

—¡Vives en Nueva York!—exclamó su amiga, anonadada—. Estoy muy feliz por ti, estás viviendo en uno de tus lugares soñados y...

—Soy la asistente de Marlon Donovan—dijo Luisa, y se quedó mirando fijamente a su amiga.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste—ambas mujeres se miraron y no hizo falta decir nada más para que se entendieran.

—¡Eres la puta ama! —dijo de pronto Bianca.

—¡Soy la puta ama!— aceptó Luisa.

Las amigas se quedaron sentadas a la mesa, disfrutando del postre tras un exquisito almuerzo, y tras agotar el tema de lo fantástico que era el trabajo de Luisa, su nuevo estilo de vida y lo que pensaba hacer con el dinero que sacara para seguir en su camino como fotógrafa; Luisa no dudo en decir.

¿Dónde andabas tú? | Coleccionista de canciones: Libro 1.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang