Dogs From Hell M.C

CAPÍTULO VEINTIDÓS

— Necesito que barran la isla — indico Bible — encuentren a los chicos.

  Todos asintieron. No solo estaban los Dogs From Hell si no también Los The Devils. Max había llegado junto a cuatro de sus hombres de más confianza.

— Trabajarán juntos — señaló Max — no quiero problemas o se las verán conmigo
¿¡QUEDÓ CLARO!?

Los hombres volvieron a asentir en silencio. La situación era tensa y los ánimos estaban caldeados.

— Vamos  — ordenó Vegas encendiendo su motocicleta y salió a las calles en busca de Build.

Cuándo Max tomó la autopista, apenas si podía ver con las lágrimas bajando por sus mejillas. La imágen de su pareja siendo golpeado o lastimado de alguna manera le quemaba el pecho. No había manera en el mundo en que el pudiera seguir adelante sin Tul.

Max había soñado con encontrar a alguien como Tul desde que era un adolescente y se dió cuenta que era gay. Cuando lo vio por primera vez sintió que su mundo giraba, su cabeza dio vueltas y se sintió mal del estómago, claro que lo disimulo muy bien fingiendo que estaba borracho luego de vomitar sobre sus zapatos. Sonrió ante el asqueroso recuerdo.

Pensó en Tul y su gran boca que siempre lo metía en problemas pero aún así el lo amaba con cada fibra de su ser. Tul era su mundo enteró y si algo le pasaba... bueno, el mundo de los demás también acabaría

— Iré hasta los confines del mundo para recuperarte Tul. Te traeré de vuelta a mis brazos amor — murmuró Max dentro su casco.

Vegas suspiro pesadamente mientras manejaba. Sabía lo que Max sentía, porque él estaba igual de desesperado por encontrar a su hombre.

Vegas quería darle un chaleco con el título de propiedad. Lo había pensado bien y la idea lo emocionaba mucho.

  Tendría que hablar con Build de esto y ver lo que él pensaba, pero sospechaba que no seria fácil, considerando que huyo de él. Ahora solo debía encontrarlo, convencerlo y luego se encargaría de mantenerlo a salvó. Si para eso tenía que matar a media isla, pues que así sea.

— > Sip. Fácil. Pan comido<

La puerta de la habitación donde se encontraban los chicos se abrió y un hombre que nunca habían visto fue empujado hacia adentro.

— Oh. Hola — saludo — esto se está poniendo bueno. Parece que la fiesta será interesante — Tul sonrió abiertamente.

Build frunció el entrecejo sin entender que rayos le pasaba al sujeto.

— Ponte allí — señaló el mismo tipo que antes se ocupó de los Chicos — colócate las esposas rodeando esa tubería.

— Mmm. Esposas — dijo Tul con descaro
— ¿Por qué no te acercas y me las pones tú?
— Meneo las cejas sugestivamente hacia el hombre.

— Ahora, listillo — El tipo saco un arma y apuntó hacia Tul, con la mirada más diabólica que habían visto jamás. Parecía que el tipo casi rogaba por qué Tul no lo hiciera para poder disparar.

Tul analizó las esposas unos segundos y luego procedió a esposarce en el caño tal como le fue ordenado. Hizo todo ante la atenta mirada del hombre con el arma en la mano y una mueca divertida en sus labios. Cuando terminó el hombre salió dejando a solas a los chicos con el nuevo "visitante".

— Chicos — saludo Tul — ¿Vienen seguido por aquí? ¿O solo de pasó?

— Espero que sea una estadía corta
— respondió Apo — no me agrada la poca hospitalidad del lugar.

Tul soltó una risa escandalosa ante lo dicho por Apo. No esperaba esa respuesta. Imaginó que estarían asustados.

— No creo que dejemos propina cuando nos retiremos — afirmó Build.

— Están locos —  murmuró Barcode.

— Me agradan — expresó Tul — creo que nos llevaremos bien. Me llamo Tul. Soy miembro de los The Devils, una banda de moteros de la isla que está cruzando el charco.

— Un gustó conocerte, Tul — saludo Build
— él es Apo y el más pequeño es Barcode y yo soy Build.

— Un placer, señores.

— ¿The Devils? —  pregunto Apo frunciendo el entrecejo.

— ¿Por qué estás aquí? — se animó a preguntar Barcode.

—Bueno. Escogí un mal día para conducir solo — Tul se encogió de hombros contestando a Barcode — y si. The Devils. Mi esposo es el presidente del club.

— ¿Y por qué estás personas te secuestraron? — Build sospechaba el porque, pero quería estar seguro.

— Parece que mi pareja hizo enojar a uno de ellos — respondió con sinceridad Tul.
—¿y ustedes caballeros?

— Bueno. Mi ex es un sicópata — dijo Build
— es mi culpa que esto esté pasando

— No. No — dijo de inmediato Tul — nunca es nuestra culpa, es solo que hay gente enferma que no sabe cómo lidiar con un se acabó, lárgate de mi vida.

— Si, es mi culpa — aseguró Build sin apartar la mirada de Tul — lo es, por no matarlo antes de venir a esta isla
— Termino de hablar mordazmente.

— Entiendo — seguro —¿Pues como salimos de aquí? ¿tienen algo planeado?
— y luego cambio de tema. No valía la pena ondar más en ese tema.

— Aún no — respondió Buil mirando el tatuaje en el brazo izquierdo de Tul. Era una pistola 9mm con el nombre de Max escrito en ella.

— Bien — asintió Tul — se que mi hombre vendrá por mi, pero no voy a sentarme sobre mi culo a esperar que lleguen a mi rescaté.

Build sonrió. Entendía lo que Tul decía.
Ahora les tocaba salir de allí por si mismos.