Capítulo 9. <3 Emojis Con Signos

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                            CAPÍTULO IX

Me regalo una sonrisa, una mirada y un beso, uno de esos que solo él sabe dar.

Viví uno de esos momentos que jamás olvidas.

Fue como la brisa que te golpea la cara y hace que la vida se sienta un poco más diferente, más real, más bella, más mágica.

Esa caminata, a su lado, bajo las estrellas y la luna de testigo, ese primer contacto piel con piel, esa mirada bajo la oscuridad, el brillo de su sonrisa y la cálida y tenue luz de la noche, simplemente no pude pedir algo mejor que esto.

Creo que todas las almas se rompen, en algún momento, por alguna situación, por el tiempo o por más personas, pero siempre llega alguien para armar todas las piezas, para pegarlas aunque no las haya roto, y ese es el acto más puro que la humanidad tiene para dar, aunque algunos simplemente prefieran romper y nunca arreglar.

Y algunos otros, dan sin siquiera recibir lo mismo. Noah llego para que mi corazón quitara su armadura y fuera un poco más gentil, más linda y que sepa dar amor sin miedos y sin límites.

Mirar su cabellera alborotada se sentía como un atardecer en la playa o desde el edificio más alto. Era la energía, la magia, la satisfacción visual que provocaba en mi. Su silueta era toda simplemente perfecta.

Él era perfecto...

Una vez más me he equivocado con las personas. El dinero no te hace ser arrogante ni superficial, Noah fue la clara evidencia de que una persona con dinero, no se da lujos solo por capricho, si no por vivir y sentir de verdad.

Amaba la forma loca y extrovertida que tenía para disfrutar de la vida. Bastaba con tan solo cerrar los ojos y respirar muy profundamente para luego abrirlos y ver lo que tenías por delante, un paisaje, una vista hermosa, una persona.

Había observado a Noah hacer eso repetidas veces mientras estábamos en la playa. Me había explicado que su padre solía decirle que de esa forma, podría apreciar las bellezas de la vida y capturarlas para siempre en su memoria.

Y tenía sentido.

Al día siguiente, todos fuimos a la playa a "nadar" mientras ellos hacían competencias de quien daba el mejor brinco hacía el mar, yo capturaba imágenes del atardecer desde el muelle.

Por la noche ya íbamos camino a casa. Que días de semana tan largos ¿no?

Al llegar a casa, Noah se despidió de mi con un beso tierno que tenía ganas de todo menos de despedirse. Con mucho alargar la despedida, él se fue a casa. Y yo me dispuse a buscar la mejor excusa posible para decirle a mi jefe a la mañana siguiente. Solo iría un día de toda la semana.

Pobre y caprichosa...

Me percate que Noah había dejado un mensaje que decía:

>>Que días tan divertidos no?, esa noche estuvo increíble, te quiero Oli, descansa y suerte mañana <3 <<

Otra vez ese conflicto con los emojis hechos con signos. Resultaba extraño, y a la vez muy auténtico, es que todo me resultaba extraño con él, tan extraño que me gustaba y me hacia desear cada vez más, vivir momentos a su lado.

Alerta, se viene una versión cursi...

Shh.

Me di un baño. Envié las fotografías por correo para pasarlas a recoger al día siguiente y me metí en la cama dispuesta a descansar con el pensamiento de mi dudosa permanencia en mi trabajo.

Del amor y la serotonina ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang