Capítulo 10. Daylight.

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                          CAPÍTULO X

La semana había concluido más rápido de lo que pensé. Había llegado el día, Mat me había dado valor con las palabras: "Te vez muy sexy". Y no había forma de contradecirlo, el vestido se apegaba a mi figura completamente y me sentía tan cómoda y glamurosa como hacía tiempo mi ajetreada vida no me había permitido.

Era un vestido de color azul cielo brillante, ajustado de arriba y suelto después de la cintura. Con un corte en V que hacia resaltar mi escote, tirantes delgados y una abertura en la pierna izquierda desde muy arriba. Lo acompañaba con joyeria plateada que según Mat hacia resaltar mi tono de piel y mi cabello negro intenso. Por supuesto que utilice mi collar de Mariposa que siempre utilizo en ocasiones "especiales".

Claramente Mat también se encargó del maquillaje y peinado, sencillos pues el solo vestido ya era demasiado. Traía una coleta baja enrollada en una trenza que se veía como un moño, y pequeñas perlitas blancas al frente. Maquillaje del color del vestido y un poco de brillo en el lagrimal. — ¡Pero mírate Olivia Carter, te vez increíblemente guapa! — Dijo Mat al verme salir de mi habitación con el vestido puesto.

Mismo vestido que conseguí en una tienda donde todo costaba lo de todo mi guardarropa junto, pero no hay quejas, es la noche más importante para él y aunque cueste decir, eso la convierte en una noche especial también para mi, además tenía ahorros ¿vale? Tampoco era tan pobre.

El portero llamo al teléfono para avisar que Noah ya esperaba abajo, Mat me acompaño hasta la salida, ayudándome a no caer por las zapatillas. Al cruzar la puerta, Noah levanto la mirada de su celular a verme a mi.

Su mirada brillo y si iluminó.

Me acerque a él con pasos lentos y me rodeo con sus brazos por la cintura. — La luna y las estrellas pierden sentido con todo el brillo de tus hermosos ojos. — Susurro en mi oído y sonreí al instante.

Y entre una guerra de miradas que decían más que mil palabras, hubo un momento en el que la magia parecía gobernar la existencia y todo lo que nos rodeaba.

Noah había estado por la mañana con su padre en la ceremonia de graduación, ahora les tocaba a los graduados festejar sin sus padres presentes. Era su noche.

Es la noche de nuestro chico...

Traía puesta una camisa blanca ligeramente desabotonada del pecho y saco negro enrollados hasta los codos, pantalón de vestir negro y tenis blancos para quitarle lo formal sin dejar de lado lo elegante.

Su cabello estaba tan alborotado que con tan solo mover un poco la cabeza, se acomodaba de una forma diferente, y aún así lo hacía lucir igual de bien.

Entonces me detuve un momento para mirarlo y así, a tan solo unos centímetros de su boca, de su mirada y de su perfecto rostro, aprecié aquellos lunares tan característicos de él.

Parecía la unión de una constelación alineada a la perfección y podría escribir cientos de libros para definir la sensación que provocaba sentir tan solo el roce de nuestras manos o la conexión de nuestras miradas en la mitad de la noche.

— Estás hermosa. — Dijo mirándome de arriba a abajo, deteniendo su mirada un poco en mi escote.

— Lo mismo puedo decir Noah, estás muy guapo hoy. — Dije sonriendo y mirándolo a los ojos.

Del amor y la serotonina ©Onde histórias criam vida. Descubra agora