Las mejores citas comienzan con un arresto

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- Conociendo a los de la División habrán perdido la página debajo de todo el papeleo - comentó Ranpo bostezando. Nada le parecía tan aburrido como ser acusado de un crimen que no había cometido.

- Te aseguro que ya he buscado ahí - le dijo Poe -. Oye, ¿has desayunado? En esa panadería hay una promoción de donas, ¿te apetecen?

- ¡NO! - gritó Ranpo y Poe se asustó, por lo que frenó bruscamente -. Quiero decir que no hace falta. De todos modos, no tengo hambre - justo al decir eso el estómago le rugió.

- ¿Estás seguro? - Poe le miró con cara de sospecha.

- Bueno, tú compra unos cruasanes mientras yo voy a por algo de ropa para mí. Cruasanes, no donas. Esto es muy importante.

- ¿Con qué dinero vas a comprar la ropa?

- Con el tuyo, me he tomado la libertad de coger una de tus tarjetas, obviamente pensando en devolvértela y por supuesto he deducido tu número secreto. Y no, no me importa pasearme en pijama por Yokohama.

- No sé si fiarme de ti - Poe se mostraba indeciso.

- Haces bien pero tranquilo, aunque no me apetezca ser interrogado por el Gobierno hoy no pienso dejarte plantado.

- Es un alivio.

- ¿A que sí? ¡Ahora te veo!

Pese a que Poe dijo que era el un alivio, en realidad no se sintió tranquilo hasta volver al coche y descubrir que Ranpo ya había vuelto.

- ¿Creías que me iba a largar? - le preguntó Ranpo al ver su cara -. Por favor, pero si te dije que no te iba a dejar plantado. Confía un poco en mí, hombre.

Poe podía haberle dicho la larga lista de delitos que pensaba que había cometido pero en su lugar redirigió la conversación a la curiosa elección de vestuario de Ranpo.

- Por cierto, vamos a la sede de la División de Habilidades Sobrenaturales, ¿y tú te compras una camiseta con un gato haciendo la peineta?

- Oye, no es simplemente un gato haciendo la peineta. También dice "I'm not antisocial, I'm antistupid". Creo que me define bastante y además le envía un bonito mensaje a la gente. - La camiseta era de manga corta y Poe no pudo dejar de notar que la musculatura de sus brazos estaba más definida de lo que se había imaginado. Además, le sorprendió ver que tenía cicatrices por todos los brazos. Se quedó mirándolas, lleno de curiosidad aunque sin atreverse a preguntar sobre ellas para no incomodarlo. Ranpo lo notó enseguida -. Ya veo que te has fijado en esto - le dijo -. Ah, no es nada, simplemente hice un experimento y hubo una explosión. Lo normal. Por cierto, ¿me das mi desayuno?

- Casi se me olvida - le dijo pasándole una caja de cruasanes cubiertos de chocolate -. Tranquilo, no son donas, aunque no sé qué tienen de malo.

- Créeme, no quieres saberlo - le respondió con la boca llena y Poe le miró desconcertado. ¿Qué podía ser tan malo? En fin, Ranpo era un misterio que estaba claro que no iba a resolver ese día.

Poe arrancó el coche y en seguida llegaron a lo que parecía un edificio de oficinas a punto de ser demolido. Había un hombre calvo con gafas redondas vestido con un kimono debajo de un haori negro en la puerta esperándoles que les dio la bienvenida en cuanto se bajaron del vehículo.

- ¿Somos VIP o algo? -. Ranpo puso una cara de sorpresa bastante fingida. - ¿Por qué viene a recibirnos el jefe Taneda?

- ¿Tal vez porque le he dicho que tú puedes haber robado su página del Libro? - le respondió Poe.

- Si al final resulta que eres culpable negociaré para que te reduzcan la condena a cambio de que empieces a trabajar para mí - dijo Taneda con una sonrisa.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Where stories live. Discover now