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Catorce días para la boda

Nos encontrábamos caminando por el salón del hotel en donde sería la boda. La persona que se encargaría de la decoración nos acompañaba, mientras yo le decía dónde quería todo, Christopher caminaba detrás de mí con cara de estar odiando al mundo.

Nada raro.

—¿Te gusta, mi amor? —me volteé a él con una sonrisa.

—¿Te gusta a ti? —enarcó una ceja.

—Deja de contestarme con una pregunta. —pasé mis brazos por detrás de su cuello— Quiero que me digas si te gusta el lugar y cómo se decorará todo.

Así diga que no le gusta nos casaremos aquí, porque ya está todo listo y no quiero cambiar de lugar. Si le pregunto es para que esté incluido en las decisiones de nuestra boda.

Suspiró, le dio una mirada al lugar.

—Está bien.

Me puse de puntillas para besarlo.

—Sé que no lo dices en serio, pero gracias por el intento.

Tomé su mano y entrelazó nuestros dedos cuando seguimos viendo el lugar, salimos al exterior, un pequeño patio en donde nos tomarían unas fotos muy bonitas.

Me encantaba este lugar, desde que lo vi dije que la boda tendría que ser realizada aquí.

Intercambie un par de palabras más con la mujer, para tener todo perfecto. La distribución de los invitados en las mesas, la decoración, la comida, todo.

—¿Por qué no me habías dicho que volviste a cambiar los colores? —preguntó mi novio cuando ella se retiró.

—Porque sabía que ibas a oponerte.

—Davina. —se pasó las manos por la cara— Odias el negro, te dije que dejaras todo como estaba.

—Pero tú odias el rosa. —sonreí, di un paso al frente para abrazarlo, colocando mi mentón sobre su pecho— Escucha, sé que si fuera por ti nos hubiéramos casado al segundo día de haberme propuesto matrimonio, la boda sólo la estás aceptando por mí. Aceptas muchas cosas por mi, así que quiero que por lo menos la boda tenga los colores que a ti te gustan, el negro, el blanco y también habrá rojo, que es tu preferido.

Mis flores serán rojas, y todo lo demás será blanco y negro.

Como le dije, él hace demasiadas cosas por mí, acepta muchas cosas que no le gustan del todo por mí. Yo puedo tener una boda con colores negros, no será el fin del mundo.

La idea era quedarnos la noche antes aquí en el hotel, Fabiola también lo hará para poder estar conmigo desde muy temprano. A Christopher no le gustó la idea, porque ya le dije que dormiríamos en habitación diferentes. Pero lo va a tener que aguantar por unas horas.

Sonreí cuando Christopher dejó un beso en mi cabeza.

—Hay que irnos. —dijo mirando la hora en su celular— Tu cita con la obstetra.

Asentí tomando otra vez su mano. Él había estado al pendiente de las citas con la doctora, ya habíamos ido a una, de rutina, pero la de hoy escucharíamos los latidos del corazón del bebé.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Where stories live. Discover now