15. Zaraki Kenpachi.

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[CAPÍTULO ÚNICO.]

El Más Fuerte.”

Era muy bien sabido por todos que el onceavo escuadrón criaba a los más crueles guerreros, hombres que arriesgaban su vida por la cruda victoria. Y su capitán, Kenpachi Zaraki, uno de los capitanes más temidos del Gotei 13.
Aún no podía creer que una encantadora mujer lo haya domesticado como si de un perro se tratase.

Prométeme que tendrás cuidado...— la suave voz de aquella hermosa mujer lo hizo voltear. Mirando lo pequeña que era a comparación de él y su gran estatura.

Cada vez que su mirada conectaba con los dorados ojos de ella. Su corazón latía con fuerza y una sensación indescriptible y cómoda lo invadía con una tranquilidad que no podría obtener en su vida.

Observo como la suave y delicada mano de aquella mujer, su mujer, sostenía la suya tratando inútilmente de no dejarlo ir. En su otra mano, sostenía una arrugada hoja de papel, aquella carta que le había dejado.
No es que estuviera seguro de morir en esa batalla, pero al menos quería despedirse de ella.

Pronto se dio cuenta que no le sirvió de mucho, y ahora tenía que lidiar de alguna manera con el llanto de aquella mujer. Poco sabía sobre sentimientos, para él no había más que la guerra y de vez en cuando una ligera preocupación por su pequeña teniente de cabello rosado.

No te preocupes Malory. Sabes que regresaré con vida— le susurro suavemente para calmarla, pasando su mano delicadamente, hundiendo sus dedos entre el sedoso cabello negro de aquella hermosa mujer. —Tu sabes que yo soy el más fuerte— agrego con una sonrisa engreída.

Malory rió suavemente, lo que decía no le dio gracia; sin embargo, tenía razón. No dudaba que su amado era el más fuerte.
Aun así, la preocupación llegaba a ella cada vez que sabía que él pelearía.

¿Cómo no preocuparse? Sabiendo que, en la muy improbable circunstancia, él no regresaría con vida.

Unohana Retsu, era muy fuerte; Malory lo sabía. No por algo ella fue la elegida para entrenar a Zaraki.
La guerra contra los Quincys fue demasiado para muchos, e incluso el mismo y más temido capitán del Gotei 13, fue herido.

Está bien— Asintió mientras se relajaba, soltando su mano y limpiando sus lágrimas —Solo ten cuidado...

Zaraki asintió y después de eso solamente se marchó.

La preocupación de no verlo la invadió, mucho tiempo había pasado desde que habló con él antes de abandonar los recintos del onceavo escuadrón.

Suspiro mientras observaba como la teniente Isane trataba de mantener con vida a los capitanes del tercer y noveno escuadrón. Ella se mantenía aún al lado, no era una Shinigami, y su Reiatsu no era tan fuerte.
La duda de por qué el más fuerte y temido capitán se fijó en ella; una simple alma del Rukongai, se mantenía presente en su mente día con día.

No mentiría, se sentía débil, a veces quería solamente dejarlo todo de lado. Pero siempre estaba él ahí, en sus pensamientos. Siendo aquel hombre tan fuerte que había conocido hacía muchos años.
Aquel hombre fuerte del que se había enamorado.

¿Por qué no podía ser como él? ¿Por qué no era así de fuerte?

Ella solo era una simple mujer, sin importancia. ¿Cómo un capitán de tan alto nivel se fijó en ella?

Mientras sus pensamientos recorrían cada parte de su cabeza, su dolor alerto a su cerebro. Aquel Quincy las había encontrado, y aun cuando Yachiru intento pelear, no había sido suficiente.
Si tan solo él estuviera ahí, su héroe. ¿Dónde estaba?

Ya había pasado poco más de un día desde la última vez que lo vio. ¿A dónde había ido? ¿Le habría pasado algo?

Millones de tragedias pasaban por sus ojos, imaginando cada una de las escenas en donde su amado jamás regresaría. Causando que las lágrimas escurrieran de sus ojos, queriendo llorar a mares por él.

No le importaba su dolor, o incluso si moría. Entonces lo entendió cuando escucho aquella explosión y con ello la voz de aquel hombre que hacia girar su mundo.

El brillo ilumino los ojos dorados de la mujer mientras de rodillas en el suelo trataba de presionar su herida en el brazo para evitar que la sangre se derramara a montones.

Ken-chan— dijo la teniente de cabello rosado, cuyos brazos estaban quebrados.

Pues aquel Quincy y su poderosa habilidad, habían imaginado que los brazos de Yachiru, se quebraban cual galletas.

¡Zaraki— exclamo ella, con la poca esperanza que tenía brillando en sus ojos dorados como el oro.

El Kenpachi miro a ambas mujeres, ellas dos eran su mundo, una era como una muy querida hija para él. Y la otra, ella le enseño que no todo lo que importaba era la guerra.

Aquella batalla con Unohana le había enseñado a valorar lo que con el tiempo consiguió, y si esa sería su última pelea, esperaba morir protegiendo a ambas mujeres alas que tanto apreciaba.

No era mucho de expresar sus emociones, siempre creyó que eso sería una gran debilidad para él, quien era un capitán muy temido, además de un cruel y sádico guerrero.

Lo dio todo, he incluso si alguna vez pareció disfrutar de aquel encuentro entre él y el auto proclamados "Mas fuerte Quincy". Parecía preocupado por no ser lo suficientemente fuerte para protegerla a ella.

Malory miraba todo con profunda preocupación, deseando que el hombre al que tanto amaba saliera con vida.


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Hola. Mucho tiempo jajaja
UsuariaEstupida espero y te haya gustado. Lamento la tardanza, he estado ocupada con la escuela.

Atte: Kristymorelos ♡

❝One-Shots❞ [ᵇˡᵉᵃᶜʰ] ✔︎Where stories live. Discover now