3 - El Precio de la Manipulación

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—Mi señor, ya se aproxima su número final, salimos en 30 segundos.

—De acuerdo, ya voy.

Neteyam se encontraba en su camerino, preparándose para esos 30 segundos cruciales. Con seguridad, anticipaba que su actuación en el escenario sería impecable. El eco de su nombre resonaba en el casino, consciente de que él era la atracción que atraía a multitudes. Un presentimiento le indicaba que esta noche sería inolvidable. Antes de salir, se observó en el espejo, asegurándose de que la marca de la bofetada que había recibido no fuera tan evidente, su tono de piel había vuelto a su azul marino característico.

Como si estuviera hablando con un amigo cercano, se dijo a sí mismo:

—Estás en tu mejor momento —se guiñó un ojo en complicidad y salió de su camarín.

—Por aquí, mi señor —su coach lo guió hacia el escenario.

—Conozco el camino, ustedes encárguense del resto —dijo Neteyam con una sonrisa tranquilizadora.

El coach dio instrucciones al equipo para que tomaran sus posiciones. Las luces estaban dispuestas a brillar y el escenario estaba listo para recibir al joven Neteyam.

El coach dirigió una mirada a Neteyam, quien asintió, indicando que podían comenzar.

En ese instante, Neteyam salió al escenario, dando inicio con una melodía a capella mientras las luces permanecían apagadas, generando un aura enigmática.

Poco a poco, los instrumentos comenzaron a sonar, creando una atmósfera cautivadora. La audiencia parecía hipnotizada, sumida en un silencio profundo mientras se dejaban llevar por la voz de Neteyam.

De repente, las luces comenzaron a brillar y Neteyam hizo su entrada triunfal al escenario, envuelto en una luminosidad cautivante. El público estaba completamente absorto, todos sus sentidos concentrados en la actuación que se desarrollaba frente a ellos.

El escenario cobró vida con cada nota que salía de los labios de Neteyam, y su presencia magnética llenó el espacio. Con cada acorde y cada movimiento, Neteyam tejió una experiencia musical que resonó en los corazones de todos los presentes.

Y así, con una combinación de talento y carisma, Neteyam entregó su espectáculo musical, dejando una impresión profunda y duradera en aquel escenario.

Por supuesto, esa noche, Neteyam se presentaba con la canción "Sway" de Michael Bublé.

"Escucho el sonido de los violines

Mucho antes de que empiecen

Hazme sentir como solo tú sabes hacerlo

Hazme balancearme suavemente, hazme balancearme ahora"

La velada transcurría en el "Casino JSK" como tantas otras, una noche maravillosa en la que Neteyam, consciente de su propio encanto, sabía que era una figura adorada por la multitud. Aunque podía haber sido un artista a tiempo completo, su destino estaba predestinado a ser un magnate empresarial. Su talento artístico era un pasatiempo que quedaba en segundo plano ante sus responsabilidades como heredero de la familia.

De repente, la tranquilidad se vio alterada por la voz de un trabajador preocupado:

—¡Señor Kou'lin! ¡La seguridad ha sido derribada! —anunció, con la voz temblorosa.

El coach de Neteyam entendió de inmediato la gravedad de la situación. El pánico se apoderó de él mientras trataba de mantener la calma:

—Debemos proteger al Señor Neteyam. El resto de ustedes encárguense de evacuar a las personas, intenten guiarlas hacia la salida trasera. Voy a pedir refuerzos.

SAFARI [Aonunete]Where stories live. Discover now