Mientras dormía II

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Dedicado a kill_la_kill00 aquí tienes la segunda parte que me pediste, espero que te mojes mucho leyéndolo.

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Hace unos días mi novia me folló mientras yo estaba durmiendo. No lo sentí como algo desagradable, más bien al contrario, fue una muy grata forma de despertarme y consiguió llevarme al orgasmo más dulce que jamás he tenido.

Es por eso que ahora quiero ser yo la dominante, y follarla mientras ella duerme. Nunca antes había tenido este tipo de pensamientos, pero la otra noche mi novia me ayudó a descubrir una forma de tener sexo que ahora me intrigaba e interesaba.

Así que decidí esa noche que le haría lo mismo a ella, iba a follarla mientras dormía.

Esperé a que se durmiera en el sofá, mientras yo terminaba de ver una película que hacía ya rato dejó de interesarme. Ella estaba apoyada en el respaldo del sofá, con las piernas a lo largo de este, y yo estaba apoyada en su pecho. Levanté la cabeza para mirarla y sonreí al verla profundamente dormida.

Comencé a besar sus labios muy lentamente, y fui bajando por su mandíbula hasta llegar a su cuello. Le di varias lamidas, saboreando el dulce sabor de su cuello y disfrutando de la suavidad de su tersa piel.

Mi mano derecha viajó hasta sus pechos, los cuales amasé y acaricié por encima de su ropa. Mi mano izquierda, por el contrario, descendió por todo su torso hasta llegar a la parte baja de su abdomen.

No me detuve allí, sino que colé mi mano por debajo de sus pantalones, tocando por fin el elástico de sus bragas. Ella parecía no inmutarse, por lo que metí los dedos por debajo de su ropa interior, rozando por fin con sus labios.

Solté un suspiro al sentir la suavidad de aquella carne que se derretía entre mis dedos. Abrí paso con mi dedo índice hasta tocar su clítoris, y comencé a juguetear con él. Hacía movimientos circulares, presionándolo de vez en cuando para darle más placer a mi novia.

Decidí bajar un poco más mi mano, y tanteé con las yemas de mis dedos en busca de la entrada de su coño. Me sorprendió sentirla un poco húmeda, pero al mirar a mi novia comprobé que seguía dormida. Sonreí maliciosamente antes de proseguir con mi tarea.

Metí muy despacio el primer dedo, sintiendo cómo sus paredes se abrían a su paso y abrazaban mi piel, mojándola y calentándola. Ella suspiró cuando lo metí del todo, pero no se movió, por lo que saqué el dedo de su coño y volví a meterlo, de nuevo lentamente.

Repetí la acción varias veces hasta que mi dedo entraba y salía de su coño con total facilidad. Pensé en meter otro dedo, pero se me ocurrió una mejor idea, aunque debía hacerlo con delicadeza si quería que mi novia no se despertara.

Saqué mi mano de su entrepierna y me bajé del sofá, para acto seguido quitarme los pantalones y bragas y tirarlas al suelo. Abrí mis piernas y con la misma mano que había masturbado a mi novia me toqué el coño, que ya estaba mojado y caliente.

Tuve que morderme el labio para contener un gemido cuando me metí dos dedos hasta el fondo. Pero no quería terminar, no aún.

Me acerqué a mi novia y con mucho cuidado comencé a bajarle los pantalones, que también tiré al suelo. Sonreí al ver una pequeña mancha en sus bragas, y se las quité también.

Una vez ambas estuvimos desnudas de la cadera para abajo, volví a subirme al sofá. Le cogí las piernas a mi novia y las separé todo lo que la anchura del sofá me permitió. Después me coloqué en cuclillas sobre su entrepierna, con cuidado de no pisarla, apoyando una de mis manos en el respaldo del sofá.

Bajé mi cuerpo hasta sentir el calor y humedad de su coño rozando con el mío. Me agarré bien del respaldo antes de comenzar a frotarme contra ella. Mis caderas temblaban al moverse hacia delante y hacia atrás, en parte por el esfuerzo físico y en parte por el placer que estaba sintiendo.

Me asusté un poco cuando la escuché gemir. Pensé que se despertaría, pero como respuesta sólo echó su cabeza hacia atrás e involuntariamente movió sus caderas contra mí.

Nuestros labios vaginales se besaban con cada roce, y el placer era mayor cuando también se rozaban nuestros clítoris. Con la mano libre me tapé la boca, pues cada vez me costaba más contener mis gemidos.

Me moví con más rapidez, nuestros coños ardían de excitación y yo me sentía en el mismísimo paraíso. Un par de roces más fueron suficientes para que una ola de placer sacudiera mi cuerpo y me llevase al orgasmo. Mi novia debió sentir lo mismo, pues gimió más fuerte e incluso se revolvió en el sofá, girando su cuerpo y apretando los muslos.

-Tienes el sueño profundo, amor -susurré sonriendo al bajarme del sofá.

Ella suspiró como respuesta. Yo le di un beso en la frente y me tumbé a su lado. Estaba exhausta.

-Mañana ya te explicaré porqué estamos desnudas -le susurré de nuevo antes de quedarme profundamente dormida entre sus brazos.

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NOTA DE LA AUTORA

¡Buenas! Si os ha gustado el short no dudéis en votar, y para cualquier sugerencia o idea podéis escribirla en los comentarios o enviarme un mensaje.

Siempre estoy abierta a todo ^^

Relatos eróticos lésbicos (+18)Where stories live. Discover now