La Alianza

La batalla final

Hola de nuevo, lamento mucho mi ausencia es que he estado ocupada últimamente. Bueno que el cap. comience.

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Las lunas llegaron muy preocupadas a la base de los cazadores y no tuvieron que explicar la situación de Douma ya que Shinobu ya les había contado a todos los pilares acerca de ello. Inmediatamente todos se pusieron a formar una estrategia y mientras estaban en eso llegó una demonio que no esperaban.

Tamayo: Lamento mi tardía llegada pero necesito darles algo a las Lunas.

Kokushibo: Qué es eso?

Tamayo: Es mi sangre, he estado haciendo algunos experimentos con ella para entregárselas y así ustedes puedan liberarse del control de Muzan. Me tardo más tiempo del que creí lo siento.

Daki: Que alivio! En serio pensé que mi único destino sería morir tarde o temprano debido a la maldición de "ese hombre".

Gyutaro: Ahora podemos salvarnos y también salvar a Douma.

Akaza: Muchas gracias por esto Tamayo pero creo que hay que darnos prisa.

Tamayo: Entiendo, no se preocupen.

Tamayo procedió a darles a todas las Lunas de su sangre y cuando estas lo tomaran automáticamente notaron que eran libres, ahora Muzan ya no los podía intimidar más. Luego de eso continuaron hablando con los cazadores sobre el plan por un rato más, era así. Todos los Pilares junto a Kokushibo y Nakime irían a por Muzan para llevarlo a una trampa, mientras que Akaza, Daki, y Gyutaro se encargarían de buscar a Douma para ver en qué estado se encontraba y así poder ayudarlo, de paso también le darían la sangre de Tamayo. Esto se debía principalmente a que Kokushibo no los consideraba lo suficientemente fuertes como para participar en esta batalla. Por fin estaban listos, salvarían a Douma y se asegurarían de derrotar de una vez por todas a Muzan Kibutsuji.

Nakime los teletransportó a todos, menos a Tamayo, al templo de Douma, todos estaban en alerta máxima.

Kokushibo: La prescencia de Muzan es débil, no está muy lejos pero tenemos que darnos prisa si no queremos perderlo. Akaza, Daki, Gyutaro ya saben qué hacer.

Los tres nombrados se dirigieron rápidamente al templo de Douma y cuando lo encontraron casi se les parte el corazón. Éste se encontraba completamente desnudo, tenía varias mordidas por todo su cuerpo y varias zonas de su piel estaban rojas, por su rostro aún quedaban rastros de todas las lágrimas que había botado y sus labios estaban rojos e hinchados, manchados de su propia sangre. Las lunas estaban conmocionadas con la escena ante sus ojos pero el primero en reaccionar fue Akaza. Se acercó cuidadosamente a Douma y lo despertó con delicadeza.

Akaza: Douma despierta por favor, muy pronto todo acabará. En serio sentimos no haber estado en esos momento contigo y no haber podido salvarte.

Douma abrió lentamente los ojos y al ver a Akaza se pusó a llorar, una vez más estaba destruido y se sentía terrible. Akaza le dijo que lo pondrían a salvo que ya todos los cazadores junto a Kokushibo y Nakime iban a vencer a Muzan y que por fin el mundo se libraría del peor demonio de todos los tiempos. Pero antes y por su seguridad le dio un frasco que contenía la sangre de Tamayo, le dio una rápida explicación de lo que era y cuando Douma lo tomó automáticamente todas sus heridas sanaron. Daki y Gyutaro habían permanecido a un par de metros de ellos durante todas su charla, querían darle algo de espacio a Douma y no abrumarlo luego de lo que acababa de vivir de nuevo.

Ya en mejor estado le dieron a Douma ropa nueva de su armario y después de explicarle mejor el plan que tenían decidieron que ahora solo podían esperar a que los demás trajeran buenas noticias.