C A P Í T U L O D O S.

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Arriba las manos pecadoras


Vladimir.

—¿Quién te lastimó?— pregunta preocupada mi madre, levanto mi mirada y sus ojos reflejan miedo y preocupación.

—Adivina— hablo entre dientes mientras intento moverme.

Vadim está viéndome con burla junto con mis dos papás, levanto mi dedo del medio y se los enseño. La puerta se abre dejando entrar a una Albana histérica, intenta acercarse a mí pero antes de que su mano tan siquiera roce el mi brazo la empujo con una sola mano haciendo que caiga de culo, Albana espera que mi familia la ayude o me digan algo.

—Largo— le dice mi madre molesta.

Ella la mira desafiante y se cruza de brazos, camina a centímetros de mi madre y me da lastima ya que mi madre mide 1,80 y Albana 1,50, mi madre endurece su mirada y se sujeta el puente de la nariz tratando de no hacer una locura.

—No. Me. Voy. A. Ir.

«Ya valió»

—¿Qué dijiste?— pregunta mi madre con los puños tensados.

—Aparte de vieja, es sorda— Albana suelta una pequeñita rista—, no me voy a ir porque Vladimir es mi esposo y mi hombre.

Ahora soy yo el que suelta una carcajada, mi madre la sujeta de la raíz del cabello y antes de que mi madre la abofetee, una daga se incrusta en la yugular de Albana. Mi madre mira hacia la dirección de mis papás y de Vadim, pero ellos niegan con la cabeza de que no fueron ellos, la sangre de Albana ha formado un charco en toda la enfermería, Trevor entra agitado buscando a alguien con la mirada y cae en cuenta en el cuerpo de Albana ya muerto en los brazos de mi madre.

—Piccola principessa, non sa restare un minuto senza uccidere— habla en voz baja con burla.

—¿Y tú que haces aquí?— pregunta mis dos papás con confusiones.

—¿Acaso son idiotas?— pregunta burlesco—, quedamos que a las cuatro íbamos a salir nuestras familias a un picnic.

—Que aburridos...

Se escucha una voz resonar en todo la enfermería, todos los presentes empezamos a mirar por todos lados pero no se encuentra nadie, veo como Perséfore se encuentra sentada en la barandilla del techo y la miro asombrado ya que donde caiga de esa altura se puede matar, el resto de personas miran hacia arriba y ella lo que hace es pararse y empezar a caminar por la barandilla, su padre la mira aterrorizado y ella solo suelta risitas. Se queda quieta calculando algo y es ahí donde sonríe, se impulsa y se tira, mi madre suelta un chillido y es ahí donde Perséfore cae como si nada al suelo, su padre camina hacia ella y le da un pellizco en el brazo haciendo que ella se ponga roja.

—¿Te sigue doliendo?— pregunta burlesca, mi madre nos mira confundido y es ahí donde mi hermano le hace señas que ella fue la que me hizo la herida.

Pensé que mi madre se iba a molestar pero realmente se echó a reír, ella se acerca a Perséfore y le estira la mano para presentarse y eso me causa gracia ya que mi madre no sabe de la chica que tiene parada al frente es su futura nuera y madre de sus nietos, Perséfore la queda mirando incrédula y en vez de recibir la mano de mi madre, Perséfore la abraza con todas sus fuerzas. Mis padres fruncen el ceño, me da un poco de gracia ya que mis padres en estos momentos se encuentran celosos por ver que mi madre está abrazando cariñosa a Perséfore, Perséfore se aleja y al ver a mis padres se lanza a los brazos de ellos, éstos la reciben muy a gusto pero Trevor la quita de sus brazos y la atrae hacia él y la carga en sus brazos como si se tratase de una bebé.

PERSÉFORE KARAHALIOS ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora