lo que pasó después

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Después de quedarse en Camboya, Robert se adaptó a la vida de los aldeanos, y aprendió su idioma y sus costumbres. También les enseñó sobre el cristianismo, y algunos se convirtieron a su fe. Robert se hizo amigo de Thomas, el misionero franciscano, y juntos viajaron por el reino, predicando y ayudando a los necesitados.

Un día, Robert y Thomas fueron invitados por el rey de Camboya, Jayavarman VII, a visitar su capital, Angkor. El rey era un budista devoto, pero también tolerante con otras religiones. Quería conocer a los extranjeros que habían llegado a su tierra, y escuchar sus historias.

Robert y Thomas quedaron maravillados al ver la magnificencia de Angkor, la ciudad más grande y espléndida del mundo en esa época. Vieron los templos majestuosos, los palacios dorados, las estatuas gigantes, los canales y las fuentes. También vieron a miles de personas de diferentes razas y culturas, que comerciaban y convivían en armonía.

El rey los recibió con cordialidad, y les ofreció un banquete. Les preguntó sobre su origen, su viaje, su fe y su misión. Robert le contó su historia, y le mostró su machete y su escudo heater con la cruz roja. El rey se interesó por el símbolo de la cruz, y le preguntó qué significaba.

Robert le explicó que la cruz era el signo de Cristo, el hijo de Dios, que había muerto y resucitado para salvar a la humanidad del pecado. Le dijo que los templarios eran una orden militar religiosa que defendía la Tierra Santa, donde Cristo había nacido y predicado. Le dijo que él había participado en una cruzada, una guerra santa contra los infieles que ocupaban la Tierra Santa.

El rey escuchó con atención, y le dijo a Robert que respetaba su valor y su devoción. Sin embargo, le dijo que no entendía por qué los cristianos se mataban entre sí por una tierra que no les pertenecía. Le dijo que el budismo enseñaba la compasión y la no violencia hacia todos los seres vivos. Le dijo que él había construido Angkor como un refugio para todos los que buscaban la paz y la sabiduría.

Robert se quedó pensativo, y reconoció que el rey tenía razón. Se dio cuenta de que la cruzada había sido una empresa sangrienta e inútil, que solo había traído muerte y sufrimiento. Se dio cuenta de que había más bondad y belleza en Angkor que en Jerusalén. Se dio cuenta de que había encontrado un nuevo hogar.

Robert le agradeció al rey por su hospitalidad y su generosidad. Le dijo que quería quedarse en Camboya, y servir al rey como un amigo y un aliado. El rey aceptó con gusto, y le dio a Robert un título honorífico y una tierra para vivir.

Así fue como Robert se convirtió en el templario perdido, el caballero que renunció a la cruzada, y abrazó una nueva vida en el lejano oriente.

Y como finaliza la historia pues te lo dejo a tu imaginación y fin

El TecnoverseDove le storie prendono vita. Scoprilo ora