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Sus manos están llenas de sangre, sangre de lo que más amaba.
Todo se había convertido en un caso de la noche a la mañana.
Mientras más sonreía más doloroso se hacía.
>. Era lo que más pasaba por su mente.
>.
Una luz en aquella habitación se ence...
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Suspiré pesadamente mientras colocaba mis palmas por detrás de mi cabeza utilizandolas como almohada. Los rayos del sol eran cálidos ante mi piel.
Escuché el ruido del pasto bajo sus pies mientras se acercaba a mí.
- Sabía que no tardarias en venir - abrí mis ojos para luego mirar a mi costado conectando miradas con la de cortó cabello negro. Me sonreía enérgica mientras su cabeza tapaba el sol de mi rostro.
- A veces parece que sabes todo - declaró sentandose a mi lado. Aún seguía recostada tranquilamente.
- Pero en en realidad no se nada - volví a cerrar mis ojos dejando escapar un largo suspiro sientiendo una opresión en mi pecho.
- Sabes que no es verdad - me contra dijo suspirando pesadamente.
- Ya no se que es y que no es verdad, Nasha - confesé. Abrí de a poco mis ojos para apoyar mis manos en el pasto elevando mi torso mirando al horizonte de aquel pastal lleno de hermosas flores.
Era tan cálido.
- Solo estás abrumada, Nash - giré mi vista hacia ella encontrandome con su grisácea mirada igual a la mía solo que la suya era más hermosa.
Ella siempre había sido la más linda de las dos. Su cabellera negra corta hasta sus hombros, su largas pestañas y sus cejas pobladas. Su nariz era tan perfilada como la mía pero en ella descansaban varias pecas casi imperceptibles a simple vista, sus finos labios rojo cereza y su cálida sonrisa dejando en visto un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha.
Ella era tan perfecta.
- Siempre has sido como el mar - fruncíel ceño confundida. Ella rió suavemente - es pacífico y tranquilo de acuerdo al tiempo pero cuando los vientos son fuertes enfurecen al mar con la violencia en que lo atacan y solo sube su marea violentamente creando olas destructivas que se llevan lo que sea o quien sea por delante llevándolo hasta lo más profundo de su ser - tomó una girasol a su lado entre sus dedos sonriendo como una nena emocionada - espera que la tempestad pase Nash, verás que todo mejorará - declaró segura.
Aspiré el aroma de las flores llenando mis pulmones de aire fresco sientiendo una suave brisa mover mi cabello asiendolo volar para luego caer con suavidad otra vez chocando contra mi espalda.
- Me sorprende que no me detengas, Nasha -.
- Mamá y papá me han dicho que lo hiciera - pausó - pero ambas sabemos que no descansaras hasta realizar tu tarea - sus ojos se volvieron más intensos al hacer contacto con los míos.
Ambas suspiramos pesadamente mientras nos acostabamos juntas en el pasto mirando el grandioso cielo azul dejando que el sonido del viento sea la música para nuestros oídos.
