Capitulo veintiuno | Aceptación

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B E L L A

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B E L L A

El departamento de mi hermana era un infierno.

Absolutamente todos estábamos aquí, todos nuestros amigos en cuanto se enteraron de lo de roier no tardaron en llegar a casa. Incluso ronny que había cerrado su gimnasio solo para saber si sebas se encontraba bien.

Todos estábamos preocupados, con miedo y desesperados.

No sabíamos que iba a pasar con la policía, con el lugar de sebas. No nos habían dicho nada, felix se encargó de ir a la comisaría para ver si solucionarían el problema, pero el ya llevaba más de tres horas fuera sin dar señales.

Sebastián desde que llegamos se encerró en mi habitación y no a salido, Juan o Aldo han subido para intentar convencerle de que coma algo para el susto pero el se niega. Ni siquiera osvaldo logró convencerle.

— No aguanto más, voy a buscar a felix, les llamo si algo pasa. — Mi hermana se levantó del sofá con un semblante serio.

Ronny enseguida le imitó.

— Voy contigo.

Samy no se quejó y sin decir nada más salieron del departamento, nuevamente la sala se llenó de un silencio incómodo. Nadie sabía que hacer, que decir, aún seguíamos procesando lo que acababa de pasar.

— La policía no va a resolver nada. — Soltó entre dientes aldo medio enfadado.

Todos le prestamos atención.

— Ni siquiera había seguridad cuando llegamos, no se por que descuidan los lugares así. — Se quejó ari.

— Cuanta gente era? — Preguntó con curiosidad roberto.

Le mire. — Era demasiada, entraban y salían como si fuera un puto maratón..

La cara de tristeza no tardó en aparecer en su rostro.

— Pobre roier, no me imagino lo que es que te pase eso. — Soltó alana.

Suspire recargándome en el sofá.

— Perdió todas sus cosas, verdad?

— Si.

— No se preocupen chicos, le dire que se quede con nosotros de mientras que resolvemos todo esto. — Intervino Juan.

Osvaldo negó.

— No, se quedara conmigo tú tranquilo juan. — Le dijo.

Juan le miró inseguro, algo pasaba por su cabeza, no lograba sospechar qué era. Al parecer valdo lo noto también.

— Lo único que quiero es que el esté bien y cómodo. — Dijo Juan con un tono suave.

Valdo frunció el ceño.

— Pues estará cómodo conmigo, es mi mejor amigo cabron. — Contestó valdo.

— Solo trata de no juzgarlo. Por favor. — Le advirtió este.

Doble vida | Roier Where stories live. Discover now