16.

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Al despertar aquella niña afrodesendiente con rastas blancas, dormía entre sus brazos lagrimeando, ante los ojos del adulto solo vieron con pesar su dolor al dormir, era evidente para él que la niña aún sufría en sus sueños. No había forma de ayudar sino era saliendo de esa pesadilla.

El tacto de Anakin había sido delicado y gentil, al limpiar aquellas lágrimas intentando despertarla a su vez, de todo lo que esperaba rescatar tuvo que ser una niña, pensaba tras recargarse en la pared con pesar. Cuando la niña despertó abrazándolo se perturbó al no reconocer al hombre. Pero Anakin la silencio con su mano antes de que iniciará otro escándalo, además intento seguir siendo gentil con todos sus gestos.
── Calma... no te haré daño, ¿cuántos años tienes?.-Pregunto con ese tono de voz infantil que solían hacer las mujeres para ganarse la confianza de los niños rápido, por suerte ese cabello largo hacia pensar a la niña que era mujer, hasta su pequeña infancia le hacía creer que era una de aquellas mujeres de su guardería. A lo que siguiendo su pregunta la niña formo un tres, perturbando al hombre quien se quiso aventar de las escaleras... y él solo, ¿cómo podría hacerse responsable de ella he ir por su madre?, era mucha vulnerabilidad. Cuando Anakin regreso de su trance mental tomó a la niña en brazos para cargarla y ganarse su confianza, aunque esa niña lo veía con cierta molestia dado que ella también deseaba conocer aquella persona.
── Mi nombre es Anakin... Anakin Skywalker... ¿y el tuyo?.-

── Ahsoka...-Balbuceo la niña tirando de su cabello, intentando llevarlo a su boca Anakin al recordar que estaba sucio y posiblemente contaminado se lo quito, prefiriendo darle de comer aquella frutilla enlatada. Parecía que esa niña estaba sin comer desde hace días, posiblemente sino hubiera llegado el hambre la hubiera matado o esa bestia. Un poco perturbando Anakin entregaba la frutilla en la boca de la bebé y a su vez él comía, aunque sentía las ganas de vomitarlo, su cuerpo no aceptaba el comer esa mierda, pero sino lo hacía la niña no comía por desconfianza.

── Debemos buscar quien te cuide o en dónde debería dejarte Ahsoka... a dónde iré será muy peligroso... pero sino vivo... no sé quién pueda ayudarte.-Explicaba aquel como si la niña comprendiera, ella solo sabía que sus papás no estaban y quería comer. Al abrir la otra lata de manzanas le entregó las rodajas a la niña una vez se las termino la volvió a cargar para ir hacia su casa corriendo por todos los pateos de la localidad.

Anakin ahí refugiaria a la niña, después de todo no podría demorar tanto el ir por su madre y regresar a un lugar seguro, y qué mejor que en esa casa que conocía tan bien, además debía aprovechar la luz del día en su máximo esplendor.

[ • • • ]

Las horas en ese refugio dónde antes había alimentado a la niña habían sido una o dos en las que él hombre se había preparado no solo mentalmente para volver a correr por toda la manzana hasta su casa, sino también, recolectar comida para la niña en caso dé.
Al estar listo espero a que no hubiera nada a la redonda que pudiera ser una amenaza para ellos, una vez preparado volvió a correr pero esta vez con más sigilo pues no solo era su vida la que estaba en juego, sino también la de la niña. Al poco tiempo de correr ocultándose de las bestias que rodeaban el lugar, el sigilo se fue a las cloacas, las bestias los habían detectando por culpa de la niña que tiro su lata como si estuviera en tiempos tranquilos.

Ni tiempo le dio a Anakin de enojarse o preocuparse en solo correr, sí ese maratón fue más emocionante que todas las que había hecho en su vida, todas las bestias iban de tras de él. Anakin se sentía como mamá gata cargando una cría mientras los perros le seguían los talones. Incluso hasta patino en un césped lamoso pero se estabilizo en su pequeño bals de pies.

Cuando logró llegar a su casa presionó la cabeza de la niña en su pecho para que no se perturbara y gritará; pero rápido la solto en aquel sofá recordando que esas bestias les seguian los talones, rápido aseguro puertas y ventanas, empujándo los muebles dejándolos completamente encerrados. Los ojos de la pequeña Ahsoka estaban perturbados, estaba a nada de llorar pero Anakin sacando su lado impensable sonrió extendiendole su mano lo más apacible. ── ¿No quieres ayudar, heh?.- Sí eso basto lo suficiente para convencerla y calmarla.

Condena. ObiKinWhere stories live. Discover now