Ok, me gustaría aclarar que estoy TRAUMADA con Tom. No sé qué tanto perro fetiche tengo con que me traten como si fuera insignificante, así que me disculpo previamente porque sé que, si le hice 4 capítulos a Ron, Tom tendrá el doble a lo mejor. SIMPLEMENTE LO AMO Y ES TAN NO SÉ 😭 Entonces sí, eso, lo aclaro pa' que no se me asusten.
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❛ ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ TOM MARVOLO RIDDLE (SLYTHERIN)
SIPNOSIS: Simplemente devoción.
ADVERTENCIAS: Dinámica dom/sub, elogios, atontamiento, tom burlándose de ti, torcedura de tamaño, tom actuando como narcisista (ricooo), praise kink, control extremo, posesión, tom actuando como tom.
EXTRAS: Se usa el pronombre "ella", es Slytherin SÍ O SÍ. No viene pero es obvio.
ESCRITO POR: slytherinslut0 en Tumblr
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La gran sala estaba bañada por una luz inquietante y parpadeante, que proyectaba sombras alargadas sobre las frías paredes de piedra. En el centro de todo estaba Tom Riddle, un hombre cuya sola presencia parecía deformar la realidad, parecía detener el flujo de sangre en tus venas. Era la encarnación del encanto y el peligro, y te sentías atraído hacia él sin poder evitarlo.
El pelo negro tinta de Tom, perfectamente peinado, enmarcaba un rostro tan pálido que casi parecía de otro mundo. Sus pómulos altos y su mandíbula afilada le daban un aire de elegancia aristocrática, en marcado contraste con el aura ominosa que lo rodeaba. Pero fueron sus ojos los que cautivaron tu atención: eran profundos y oscuros, llenos de una intensa emoción que parecía penetrar en tu alma mientras te miraba. Brillaban como la obsidiana en la penumbra, llenos de un carisma malévolo al que era imposible resistirse.
Cuando caíste de rodillas ante su orden, con los dedos temblorosos, los labios de Tom se curvaron en una sonrisa siniestra. Su mirada se clavó en ti con una intensidad cautivadora y aterradora a partes iguales: no tenías ni puta idea de dónde te habías metido.
Vestía una túnica oscura impecablemente confeccionada que se ceñía a su cuerpo alto y delgado, exudando un aura de poder y control. Cada movimiento, cada gesto parecía calculado, diseñado para mantenerte desequilibrado y asombrado por su presencia.
El silencio de la cámara sólo lo rompían los pasos suaves y resonantes de Tom Riddle, que te rodeaba como un depredador, con voz de susurro sedoso. "Verás", empezó, con un tono lleno de un encanto inquietante, "en este mundo, el poder es la única verdad. Y tú, querida, estás a punto de formar parte de algo mucho más grande que tú misma..."
Mientras hablaba, no podías evitar una sensación de presentimiento, como si te estuvieran arrastrando a una red de oscuridad de la que no podías escapar. El carisma de Tom Riddle era como un hechizo que se abría paso en tu interior y sabías que tu destino estaba inexorablemente ligado a la enigmática y malévola figura que tenías ante ti.
Con cada paso medido que Tom Riddle daba a tu alrededor, su presencia parecía fortalecerse, envolviéndote en una red de encanto y terror. Sus dedos rozaron ligeramente tu hombro tembloroso, provocándote escalofríos mientras su voz se reducía a un murmullo bajo e hipnótico.
"Creo que tienes algo que deseo...", confesó, sin apartar sus ojos oscuros de tu rostro. "Conocimientos, secretos, o tal vez un talento que podría serme de gran utilidad...".
La cámara pareció cerrarse a tu alrededor, y sus paredes resonaron con el peso de sus palabras.
Los dedos de Tom recorrieron tu mejilla, una caricia escalofriante que te mantuvo cautiva. "Algo que tal vez no sepas de mí", continuó, "tengo una forma de hacer que la gente se dé cuenta de su verdadero potencial... una forma de desbloquear talentos ocultos y forjar alianzas que pueden cambiar el curso de la historia..."
Mientras sus palabras flotaban en el aire, no podías evitar sentir una extraña mezcla de miedo y fascinación. El carisma de Tom Riddle era como un poderoso hechizo, que amenazaba con nublarte el juicio y hacerte olvidar la esencia misma de tu propio ser: sentías que todo tu cuerpo ardía en llamas sólo bajo su mirada, sabías que estabas completamente a su maldita merced.
Se inclinó más hacia ti y su aliento te heló la piel. "Ahora, querida", susurró, "dime qué puedes ofrecerme, y juntos reescribiremos el futuro a nuestra imagen...".
"Yo... sólo puedo ofrecerme a mí misma...", balbuceaste, con los dedos temblorosos a los lados. "Tengo... conocimientos... conocimientos avanzados sobre secretos antiguos, hechizos perdidos...".
"Excelente. Supe desde el momento en que te conocí que serías útil para mis planes". Tarareó, dando vueltas a tu alrededor. "Después de todo, el conocimiento es poder, ¿no?"
"Sí, Tom..." con el corazón latiéndote en la garganta, asentiste. "Lo es..."
"Sí... sí..." murmuró. "Y todo poder exige sacrificio... brujita... y el sacrificio casi siempre va acompañado de dolor...".
Cuando su mirada se clavó en la tuya, sentiste como si te hubieras convertido en piedra, como si todo tu cuerpo se solidificara en su lugar... era imposible apartar la mirada de aquellos ojos oscuros y penetrantes, unos ojos que parecían ver a través de tu alma... y cuando una sonrisa siniestra se deslizó por sus labios, sentiste que el estómago se te revolvía en el pecho.
"A partir de este momento, te dirigirás a mí como Mi Señor...", ronroneó, con los dedos acariciando suavemente tu mejilla. "Serás mi musa... mi combustible... juntos crearemos un mundo sin igual... ¿qué te parece, brujita?".
Tragaste saliva, sus dedos te hacían sentir un hormigueo por todo el cuerpo. "Suena bien, milord".
"Mm. Muy bien...", ronroneó. "Ya lo estás haciendo tan bien... me haces sentir tan orgullosa de llamarte mía...".
Al oír sus palabras, te alegraste más que un carajo de estar ya arrodillada, porque estás segura de que te habrías desplomado en el suelo. Con un doloroso trago, apartaste tus hipnotizados ojos de los suyos, mirando hacia su entrepierna, que estaba prácticamente a la altura de tus ojos. Y casi al instante, el calor te inundó, los muslos gritando de necesidad a la vista de su bulto tenso.
"Así es...", ronroneó, mirándote a los ojos. "Eso es lo que me hace tu obediencia..."
Tu coño palpitó y tus muslos temblaron. "Oh..."
Acercándose un poco más, te pasó una mano por el pelo, doblándote el cuello hacia atrás para que te encontraras con sus ojos oscuros, tensando la mandíbula mientras te sujetaba, con una tensión en el ambiente tan densa que prácticamente te asfixiabas.
"A partir de hoy, el único hombre ante el que te arrodillarás seré yo... cualquiera que se atreva a tocarte no vivirá para ver otro puto día, ¿entendido?". Gruñó, apretándote el pelo y escupiéndote las palabras entre dientes. "Eres mía... toda tú... estás hecha para mis putas manos... y sólo para mis manos...".
"Lo entiendo, mi Señor...", respiraste. "Soy tuya."
Tarareó, con una sonrisa burlona en los labios. "Buena chica. Ahora ruega por ello".
