Capítulo 20

731 55 4
                                    

V E Í N T E

Alessandro Bianchi

Me remuevo incómodo y hastiado de esta estupidez. Hace media hora mi querida esposa me trajo este horrible atuendo y ahora no sé donde mierda meterme porque no quiero que nadie me mire así, estoy haciendo el ridículo.

De ser un hombre de 1.98, físico envidiable y cara tallada por los putos ángeles,  he pasado a ser un horroroso monstruo gordo con cara amarilla y cuerpo verde, y encima tengo una gigantesca joroba.

Salgo del probador avergonzado y por los pequeños agujeros que me dan visión del exterior, observo a mi querida esposa.

Lleva una peluca qué la hace ser rubia, un bonito vestido rosado y sus jodidos ojos azules en conjunto con su blanquecina piel la hacen encajar perfectamente en el papel, se ve absolutamente hermosa, aunque me gusta más con su color de cabello original, este tampoco le queda nada mal.

Sus sonoras carcajadas resuenan en la habitación mientras acomoda el vestuario de Mario al niñato de Enzo.

Pensé que seríamos solo nosotros dos, pero al parecer la maldita bruja me mintió.

— Hagamos esto que no tengo todo el maldito día  — me quejo con fervor tratando de llamar su atención, pero ella ni siquiera me mira.

Maldición.

Me tomo mi tiempo para detallarla una vez más y no puedo creer cuan estúpido ha sido Morgan. Leal Lombardi es la mujer más preciosa que mis ojos han podido contemplar ,y he observado muchísimas a lo largo de mi vida, puedo llegar a decir que cada una posee un encanto distinto que las hace únicas y especiales, pero Lombardi es de otro jodido planeta. 

Pero el problema son sus ojos , sus hermosos ojos color azul, están sin vida y apagados y solo reaparecen en fuego por ratos, cuando hace alguna tontería que me hace sacar de quicio , pero luego desaparece como si nunca hubiese existido.

Dejando a una mujer que parece solo vivir el momento, esperando su inminente final.

Estoy seguro de que ella aún puede reescribir su historia.

Cuando todo esto terminé y nos volvamos otra vez desconocidos, me encargaré yo mismo que su fundación reciba una suma millonaria para que ayude a quien quiera como quiera y donde quiera sin ningún maldito problema por insuficiencia de fondos.

Salgo de mis cavilaciones cuando samaquean uno de mis cuernos.

—Bowser qué bonito estás hoy — dice ella con una voz infantil cargada de burla.

¿Ya les dije que por ratos la quiero ahorcar? 

Por momentos parece una maldita niña y por otros una mujer que te puede matar y de muchísimas formas.

— Esta porquería está mal fabricada, tengo una maldita joroba Leal —le digo sin ánimos de nada.

— No es una joroba tonto es tu caparazón  —intenta apaciguar su risa mordiéndose el labio y continua —Es fácil tu primero entras , y te presentas como Bowser después  solo te sientas en el piano sonará la canción y finges tocar, mientras que yo y Enzo bailaremos juntos, luego entregaremos los regalos, unas cuantas fotos y tu trabajo habrá terminado.

¿Escuche bien?

Ella bailará con el niñato y ¿dónde quedaré yo?

El magnífico y terrorífico Bowser ¿dónde demonios quedará?

— Yo bailaré contigo, que Enzo toque el maldito piano , yo soy tu esposo, tu lugar es a mi lado.

Ella niega al instante 

PERVERSAS INTENCIONES +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora