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Shanks sería el tipo de novio que

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Shanks sería el tipo de novio que...

Sería caballeroso hasta incluso borracho.

      Llevabas un año varada en la isla desde que pagaste con todos tus ahorros para tu primer barco, pero resultaste estafada

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      Llevabas un año varada en la isla desde que pagaste con todos tus ahorros para tu primer barco, pero resultaste estafada. Sin trabajo y cero experiencia para la caza salvaje con tal de sobrevivir, recurrirse a empezar a robar a quien sea, mientras no fuera alguien inocente.

        Esta noche habías llegado a un bar en la otra punta de la isla. Era un buen objetivo, todo porque nadie ahí te conocía. No trajiste agua, tenías la garganta seca. Pero, siwndoru objetivo secundario, no buscabas agua, solo una botella de sake.

        Arrimaste a un bar desolado de buena pinta. Te sentiste bienvenida. Notaste el fuerte olor a alcohol, además del extremo de una tabla del suelo fuera de  lugar un poco. Además de la barman que seguía a duras penas pero con convicción detrás de la barra de bebidas, habían dos hombres jugando a las cartas de manera alborotada y un desconocido en un taburete cuyo sombrero se te había familiar.

       Te sentaste en la barra, pero miraste de reojo que tenían de valor los presentes, excluyendo a la mujer. Pensaste en robar al dúo bullicioso, eran presa fácil; estaban borrachos y lucían tontos. Pero algo destello un reflejo de luz dorada en dirección a tus ojos. Botones de oro parte de una camisa levemente desgastada cuya parte superior se hallaba desabotonada mostrando el tórax del dueño.

       —¿Disfrutando de las vistas? —pregunto con un tono que se pudo haber confundido con burla, que aunque poseía un poco, se pasó por bajo también que venía como una sincera intención amistosa de iniciar una conversación—. ¿O solo estás muy deshidratada? No son pocos los que llegan a esta isla sedientos.

        Barajaste la opción de ignorarlo, pero era la primera persona amistosa contigo desde que dejaste los lares desolados del bosque camino al pueblo.

       —No todos los días se ve vello rojo —decidiste bromear buscando berries a tientas dentro del pequeño bolso de buen agarre que siempre traías contigo.

        —Es demasiado atrevida, señorita... Pero creo que debemos empezar con nuestros nombres, ya sabe, cómo una cortesía entre extraños.

       —No tienes cara de acostumbrar a conocer personas para después nunca volver a verlas a la mañana siguiente.

       —Auch. —Se echo a reír—. Bebe conmigo, es aburrido hacerlo, y me temo que mis amigos allá atrás les interesa más perder su dinero.

        Se dispuso a servirte una copa del alcohol que salía de la boca de la botella en su mano.

         Terminaste hablando con él, sin perder la absoluta conciencia, sobre la vida, la moral y la diferencia entre la marina y los piratas. Ya habían dejado vacías dos botellas de sake para cuando aprovechaste para tomar sus botones de oro viendo que él, que antes cabeceaba, se había desmayado sobre la barra. La mujer se hallaba distraída limpiando las mesas, mientras que el dúo estaban tumbados sobre la mesa con las cartas esparcidas sobre el suelo al igual que los berries. Te levantaste y caminaste casi torpemente camino a la salida. Una mano te agarro por la muñeca con gentileza y firmeza deteniendo tu paso.

       —No es la primera vez que me robas mis queridos botones, querida. Pero es de mala cortesía hacer eso con alguien que te invita a beber, ¿no? —era el pelirrojo con sombrero de paja. Tenía los párpados entrecerrados y una sonrisa ladina a labios cerrados.

       —H-hago lo que puedo para sobrevivir...

         Arrebataste su agarre sobre ti, echándote para atrás de golpe y comenzaste a caer de espaldas. Tu calzado había tropezado con el extremo de la tabla del suelo fuera de lugar.

       El dolor de cabeza te consumió apenas tuviste conciencia, pero la comodidad en la que se hallaban postrada lo comoensaba gratamente. Recuerdas haber caído, pero nada más. Tienes la misma ropa de ayer. Miraste a tu alrededor y caíste en cuenta de que era una habitación espaciosa, y pronto, que era un camerino de barco, posiblemente del capitán. También una nota junto a unos botones dorados.

        La desdoblaste y la leiste con pausas, y la repetiste. Extrañamente sonreíste. El te ofreció la opción de permanecer con él, recién presentado en letras como Shanks, en su tripulación como ladrona, o te daba la secundaria de regresar por donde viniste pero con sus botones de oro.

       —¿Ya decidiste? —habló una voz masculina del otro lado de la puerta—. Dormir sentado en el suelo por toda una noche no es buena idea —comentó soltando una risa, adivinando la opción que tomaste.

 Dormir sentado en el suelo por toda una noche no es buena idea —comentó soltando una risa, adivinando la opción que tomaste

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Con suerte y subo uno de Sanji esta noche, y otro de Luffy.

𝑻𝒚𝒑𝒆 𝒐𝒇 𝑩𝒐𝒚𝒇𝒓𝒊𝒆𝒏𝒅 ∬ One PieceOù les histoires vivent. Découvrez maintenant