La batalla conocida como "La caída de la Reina" inicio cuando la hueste de Cole se dirigió a la localidad portuaria amurallada del Valle Oscuro, donde saquearon la ciudad, prendieron fuego a los barcos anclados en el muelle y decapitaron a lord Darklyn.
El siguiente objetivo de ser Criston era Reposo del Grajo.
Avisado de su llegada, Lord Staunton cerró las puertas y desafió a los atacantes.
Parapetado tras la muralla, no pudo sino contemplar sus campos, bosques y aldeas en llamas, y la aniquilación de sus ovejas, vacas y vasallos. Cuando comenzaron a escasear las provisiones del castillo, envió un cuervo a Rocadragón para suplicar socorro.
A su vez, Sir Criston pidió ayuda a la Reina Alicent, la cual no dudo en enviar ayuda para someter a los traidores.
Sabemos que nueve días después de que Lord Staunton enviase su mensaje de auxilio se oyeron unas alas que sobrevolaban el mar, y sobre Reposo del Grajo aparecieron los dragones Syrax y Caraxes.
Ser Criston Cole, el guardia de la Reina, no desfalleció, ya que lo estaba esperando; contaba con ello.
Los tambores transmitieron una orden y los arqueros se apresuraron a tomar posiciones; arcos y ballestas llenaron el aire de flechas y saetas. Los escorpiones apuntaron y se prepararon para disparar sus dardos de hierro, similares a los que habían derribado a Meraxes en Dorne.
Caraxes recibió una veintena de impactos, pero las flechas solo consiguieron enfurecerlo y que escupiera fuego de izquierda a derecha, con un movimiento de barrido. Los caballeros se abrasaron en las sillas de montar mientras les ardían el pelo, la piel y los arreos de los caballos. Los soldados soltaron las lanzas y se dispersaron; algunos trataron de protegerse con el escudo, pero ni el roble ni el hierro podían aguantar el aliento de un dragón. Ser Criston gritaba: «Apuntad a los jinetes» desde su caballo blanco, rodeado de llamas y humaradas.
Syrax rugió y echó humo por la nariz; un semental envuelto en llamas coceaba en su boca.
Entonces se oyó un rugido de respuesta y aparecieron otras tres siluetas aladas: el primogénito de la Reina a lomos de Sunfyre, y su hermano Aemond, montado en Vhagar. La Reina viuda los seguía montada en Meleys
Criston Cole había preparado la trampa, y Rhaenyra junto a Daemon habían mordido el anzuelo; se habían convertido en la presa.
La Reina viuda Rhaenys no dudo en iniciar la batalla: con un grito de alegría y un restallido del látigo, encaró a Meleys con el enemigo. Si se hubiera enfrentado únicamente a Caraxes, tal vez habría tenido alguna posibilidad; pero contra el Blood Wyrm y la agresiva Syrax al mismo tiempo estaban condenados a perder.
Los dragones chocaron con gran violencia cuatrocientas varas por encima del campo de batalla, y las bolas de fuego florecieron y estallaron con tanto resplandor que más tarde hubo quien juró que el cielo estaba plagado de soles. Las fauces carmesí de Meleys llegaron a cerrarse en torno al cuello dorado de Syrax, hasta que Caraxes cayó sobre todos ellos desde arriba y las cinco bestias se precipitaron al suelo dando vueltas. El impacto fue tan fuerte que desprendió piedras de las almenas de Reposo del Grajo, a media legua de distancia.
Los que se hallaban más cerca de los dragones no vivieron para contarlo, y los que estaban lejos no lo vieron debido al fuego y el humo.
Transcurrieron horas hasta que se extinguieron las llamas, y de las cenizas solo salió indemne Vhagar. Meleys había quedado destrozada por la caída, en pedazos dispersos por el suelo; Sunfyre, la magnífica bestia dorada, tenía un ala medio arrancada, y su jinete se había roto las costillas y la cadera y tenía medio cuerpo cubierto de quemaduras, pero lo peor era el brazo izquierdo: el intenso calor del fuegodragón le había fundido carne con la armadura.
Más adelante encontraron un cadáver que podría pertenecer a Rhaenys Targaryen junto a los despojos de su dragona, pero estaba tan carbonizado que era imposible reconocerlo.
Lo único que todos tienen claro, es que cobardemente la "Reina" Rhaenyra junto a su consorte huyeron. Pero no sin consecuencias, aunque Caraxes salió prácticamente ileso del encuentro, Syrax fue gravemente herida en la parte del estomago.
Ese dia, todos perdieron.
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