Apetitoso Doncel

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Boruto no sabía cuánto tiempo había pasado allí, solo era conciente de lo agotado que estaba. Cada tanto Code le inyectaba vitaminas y demás remedios para que no se desihdrate ni se descompense. Lo último que necesitaba era que el rubio muera tan pronto.

Sin embargo Boruto estaba cada vez peor, arrodillado respiraba entrecortado transpiraba por cada poro de su piel. Pero una tarde, Code entró dispuesto a liberarlo para que se pueda asear. Pero antes le tomaría unas cuántas fotos.

Lo sujetó de sus rubios cabellos obligándolo a colocarse de pie.
— Quedate parado y mira hacia la cámara. Recuerda poner tu peor cara ¿de acuerdo Boruto?

El rubio lloraba intensamente, mientras obedecía a su secuestrador mirando a la cámara. Temblaba debido al miedo que sentía. El flash lo enceguecía, pero por más que Boruto intentaba desviar la vista no lo logró.

Cuando Code consideró que había sacado suficientes fotos apagó la cámara digital y tras colocarla en la cama, le quitó la cinta plateada de la boca a Boruto. El rubio se sentía adolorido y empezó a mover su boca articulando sus músculos, respirando bocanadas de aire.

— Es hora de moverte, por desgracia tu noviecito descubrió dónde estás.
— Shikadai — susurró con desesperación Boruto.
— Si, el mismo. Así que  moverse.

Code cortó las amarras de sus muñecas sin soltarlo. Boruto estaba tan débil que por más que forcejease nada lograba. A la rastra lo sacó de la habitación para llevarlo al baño.

Lo empujó hacia la bañera que estaba lista. Code lo apuntó con una arma lista para dispararle.

— Sacate las ropas y bañate Boruto
—¿Qué? — el rubio no entendía nada de nada.

—¿Acaso eres idiota? ¡Quitate las malditas ropas y bañate! ¡Limpiate la mugre que llevas encima! ¡Luego te pondrás la ropa que ves aquí! Das un paso en falso y te mueres ¿oíste? — Boruto asintió con la cabeza en silencio — Bien, empieza entonces.

De esa forma el rubio fue quitandose la ropa como pudo, hasta quedar desnudo. Sentía intensa vergüenza al tener que mostrase así ante su secuestrador.

Cerró los ojos con pesar mientras se sumergía en la tina. Muy a su pesar, aquello fue un verdadero alivio para el rubio disfrutándolo en verdad. Code sonreía mirando a ese hermoso doncel dorado al completo.

Pero no por eso lo violaría. Ese no era su estilo, de hecho ser un secuestrador jamás fue su estilo. Sin embargo Juugo era alguien muy importante para él. Ya había perdido a su tío Isshiki Ootsutsuki, y Juugo fue como su padre, el único que lo apoyó en sus peores momentos ¿Cómo no vengar su asesinato?

Ver al hijo del asesino de Juugo y de quien siempre lo ignoró destrozando su corazón, tan desamparado y débil le causaba intenso placer.

Le mandaría las fotos a Naruto Uchiha y luego desaparecería del mapa. Ya lo había hablado con Kawaki.

Asombrosamente estaba de acuerdo con él, siendo el hermano de Boruto no le interesa qué le pueda suceder.

Boruto pudo higienizarse perfectamente bien. Salió de la tina y tras secarse se puso las ropas que Code le ordenó.

Pantalones negros, camisa blanca, campera negra y fuccia. Manoplas negras con un extraño diseño en las palmas. Se peinó su dorada cabellera. Medias negras y botas al tono. Code no podía evitar de sentirse atraído por esa belleza que tenía enfrente.

— Perfecto — murmuró Code al tiempo que el rubio respiraba entrecortado debido al terror que sentía — Ven, acercate Boruto
—¿Por qué?
— Solo hazlo — ordenó Code quitándole el seguro al arma.

Boruto cerró los ojos esperando lo peor, pero obedeció dicha orden. Code sonrió complacido.

— Abre los ojos Boruto, hazlo — el rubio lloraba en silencio — Mírame — así lo hizo el rubio con intenso terror.

Code colocó su arma en el abdomen de Boruto, quien lanzó un ahogado gemido de desesperación derramando silenciosas lágrimas.

Su secuestrador le sujetó la quijada con su otra mano con fuerza y rudeza, para acercarlo a él.

— Levanta las manos Boruto, donde pueda verlas.
— Por favor Code, por favor te lo pido...no...no...
— Shhhhh, silencio hermoso doncel. Solo obedeceme y permanecerás con vida.

Al segundo siguiente Code lo devoró con salvajes besos cortandole la respiración. Pero Boruto lo empujó de su lado instintivamente, hecho que divirtió al peliblanco.

Lo sujetó del brazo mientras lo apuntaba a la cabeza. Fuera el atardecer había caído y la oscuridad envolvió la ciudad al completo con su invisible manto.

— Andando Boruto, camina.

Ambos salieron de la casa y se subieron al auto. Code amarró a Boruto al asiento del acompañante con esposas. Por más que forcejeaba, el rubio no podía soltarse. Luego le colocó el cinturón de seguridad.

Al instante siguiente, Code fue en busca de la cámara donde tenía las fotos que le había tomado a su prisionero. Cuando volvió la colocó dentro de su bolso, que a su vez lo colocó en el asiento trasero.

Inmediatamente se subió y tras encender el auto se perdieron en la oscuridad.
— Por dios Code ¿dónde me llevas?
— A tu muerte
—¿Cómo dices?

— No permitiré que el hijo de Naruto y Sasuke siga vivo un segundo más. Es lamentable debido a que eres hermoso pero así son las cosas.

La desesperación se adueñó de su persona, Boruto supo que estaba perdido. Pensó en su amado Shikadai, en sus padres y en la vida que podría haber tenido y que jamás tendría ahora.

Shikadai, mi amor. Salvame por dios.

Llegaron a un sitio en la ruta donde se detuvieron. Era el mismo lugar donde el auto de Juugo se descarriló con él en su interior. Code tomó el bolsó y tras colocarselo en el torso bajó.

—¡Por favor no lo hagas! ¡No me mates! ¡Por favor te lo pido!
— Adios para siempre hermoso doncel.

Code colocó una piedra en el embrague teniendo el motor encendido del auto. Luego lo empujó barranca abajo. Luego corrió en busca de su moto y tras colocarse el casco se subió a ella y se perdió en la oscuridad.

Pero segundos antes de que el auto explote, Kawaki, sin que Code sepa, sacó a su hermano del auto quien estaba golpeado y algo atontado.

— Debo estar completamente loco — murmuró salvandolo de una muerte segura.
—¿Quién...quién eres tú? — quiso saber Boruto al ver al joven de cabellos bicolor.

— Kawaki y ahora cállate.
—¿Kawaki? ¿Eres mi hermano?
— Cállate, no lo volveré a repetir hermanito.

Kawaki lo subió a su auto que estaba estacionado cerca del lugar y se alejó. Antes de desmayarse, Boruto murmuró.
— Shikadai...ayúdame mi amor...sálvame...por favor te lo pido.

por favor te lo pido

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El Extraño Doncel ~ NaruSasu ~ Where stories live. Discover now