Tiempo justo [Capítulo 10 Parte 9]

10 1 1
                                    

 — Me dejas sin palabras. 

Un leve zumbido, luego de choque tras choque de nuestras armas, era lo que resaltaba sobre los demás ruidos ambientales. Toda mi atención estaba sobre el humano delante de mí, que veía nuestra pelea como un simple juego divertido.

 — Habla un poco, es tan aburrido ser el que toma las riendas...  —Él sonrió, girando su espada y realizar un embiste. A duras penas lo eludí, más, terminé con un severo corte en mi brazo izquierdo.  — Dime, ¿Qué nos delató? 

No hice ningún comentario, a su vez, colocaba un pedazo de mi manga justo en el corte y aplicar presión, realizando un nudo.

 — Sigue con tu ley del hielo, más pronto que tarde me aburriré y ahí te lamentarás por no hacerme divertir.  —Sin más, mostró una expresión burlona, reanudando el combate.  — Ja, ja, ja, ja ¡Más rápido!

Ante su vociferación, el ritmo e intensidad de cada corte parecía estar aumentando considerablemente, no parecía, está aumentando. Me costaba mantenerlo a raya, ya de por sí me suponía un esfuerzo por encima de lo normal, ahora mismo peleo por inercia, pero no sé cuanto seguirá así.

 — Mierda...  —Maldije, para luego escupir un poco de sangre y retroceder todo lo que podía para evitar tan letales ataques, que, lo único que conseguía era separarme del resto, quienes libraban su propia lucha. No sabía si lo hacía intencionalmente para dejarme a su merced, o era una completa casualidad. — No quiero ni puedo darme el lujo de subestimar tu fuerza, simplemente estás a un nivel mayor al mío. Eso no lo niego.

— Oh, vaya... Veo que sabes apreciar la calidad en medio de la mediocridad, lo acepto, aún a sabiendas de que eres un tonto elfo. —De un veloz esprint, logró alcanzarme y realizar un feroz ataque, dirigiendo la hoja de su espada directo a mi cuello. Sin embargo, logré frenarla a tan solo una mínima distancia, sintiendo el frío metal rozar mi piel. — Debo admitir que eres una de las que más me dio pelea, no lo arruines. Planeo que esto dure hasta recibir nuevas órdenes. 

— Entonces no me queda de otra que exterminarte lo más pronto posible, humano. —Afilé mi vista, girando mi arma y golpear la suya, regalándole una patada al pecho que lo hizo dar un par de pasos atrás. — Era muy obvia sus identidades, por más que quieras ocultarte tras un manto artificial el cuál imita pobremente la esencia de mi especie, el efecto no suele durar mucho tiempo, a menos que seas un conocedor acérrimo al alma.

Al instante, una sonrisa perturbada se hizo cada vez más grande en su rostro, opacando toda mi atención en tal expresión fuera de lugar.  

Intenté dilucidar su respuesta facial, fue que, llegué a una de, tal vez, la respuesta más evidente.

— Acaso tú...

— ¡Así es, una de las formas de obtener también un manto interespecie, es sacrificando a uno de los suyos y mediante una sustracción a través de rituales, nos fue posible cubrirnos con su esencia! —En su fuerte grito eufórico, se detuvo un momento y me apuntó con su espada. — ¡Y lo mejor de todo, es que para que el efecto perdure, no escatimamos en personal y usamos a nuestra disposición unos números más! ¡Si sabes a lo que me refiero!

 Abrí mis ojos notablemente impactada, era mucho peor de lo que había imaginado. Sobre él, lleva las vidas de incontables almas inocentes.

Inhalé profundamente, para seguido dejar escapar todo el aire echo vapor por mi boca levemente abierta. Todo mi cuerpo lentamente se entumecía debido a la sobrecarga producto de haber llevado al extremo mi aptitud. 

Si desistía por alguna razón, si por casualidad me detuviera, caería desplomada en cuestión de segundos.

Debía de hacerlo pagar por sus actos, y los hipotéticos que cometerá.

InterventionWhere stories live. Discover now