No puedes morir si ya has muerto

2-1 Caminata

Mor, esta niebla roja, es... una entidad similar a mi y a Mor, puedo sentirlo, sin embargo parece carecer de conciencia.

No estoy segura de que les pasara a las almas que sean tocadas por esa niebla roja... eso es una mentira, estoy bastante familiarizada de hecho con lo que pasa cuando varias almas entran en contacto, sin embargo prefiero ignorarlo conscientemente. Sin embargo, el olor a humo que proviene de la niebla es simplemente desagradable, aun si mi cuerpo no puede sentirlo mi alma de alguna manera puede.

De momento mi prioridad es alejarme lo más lejos que pueda del campo de batalla; no quiero perderme pero como carezco del sentido de la dirección, no importa realmente la dirección que elija; lo mejor seria dejar un rastro de dulces para no perderme, pero para mi desgracia no tengo ninguno de esos en mis manos.

Empiezo a caminar solo para hundir mi pie en una pila de carne molida, la sensación es de hecho similar a hundir el pie en un charco de lodo, supongo que estar poseyendo un cuerpo es parte del motivo por el cual mi sentido del tacto esta arruinado.

De ahora en más me enfocare en mis pies al momento de caminar, si bien podría ignorar esta sensación... no puedo simplemente ignorar el hecho de estar caminando sobre restos humanos... ¿Verdad? Quiero decir el hecho de que soy la responsable de sus muertes no tiene relevancia... ¿Verdad? Un segundo, ¿ante quien estoy intentando justificarme? ¿Porque ni siquiera siento culpa o mal estar por sus muertes? Supongo que por respeto no debería de pisarlos, pero tampoco puedo decir que no me vendría bien sacar algo de estrés, al fin y al cabo, estoy caminando hacia mi incierto futuro, pero por lo menos ahora soy libre.

Sabes... es increíble la cantidad de tiempo que tuve que caminar para dejar de estar rodeada por cadáveres, han pasado 10 minutos, la frecuencia con la que encuentro cuerpos se ha reducido drásticamente, en este punto, el unció entretenimiento que tenia siendo esto esquivar las tripas en el suelo se esfumó lentamente.

He caminado durante media hora, la niebla roja ha empezado a atenuar, no lo suficientemente rápida como para ir más allá, sin cadáveres ni almas para alimentarse.

Tras dar unos cuantos pasos más me encuentro con lo que parece ser los restos de un campamento militar abandonado con mucha prisa. Inspecciono un poco el lugar y reúno en un solo punto todo lo que pienso puede serme útil; así, poco a poco fui llenando una lona violeta de armas rotas, armaduras en pésimas condiciones, vestimentas dejadas atrás. También encontré algunos mapas y trozos de mapas, esto tal vez sería lo más útil entre todas las cosas pero por desgracia no se donde exactamente me encuentro en el mapa.

Las ropas que encontré tampoco se encontraban en mejores condiciones que las mías así que improvisé una especie de toga con la tela de las carpas después de desempolvarlas y cocerlas  un poco entre ellas, sobre de ellas me equipe las piezas de armadura que estaban en las mejores condiciones: una pechera de metal con un pequeño agujero en la zona superior derecha, un guantelete de cuero reforzado con placas de metal y un par de grebas. Envolví mi espada/ cuerpo y con la ayuda de un par de correas que saqué de las armaduras me la colgué en la espalda, también me ajuste una de las correas a modo de cinturón, en ella me ajuste una alforja que había sido dejada atrás, esta tenía un hueco en el fondo pero como solo guarde los mapas en ella no me preocupe por eso.

El resto de objetos las envolví en otro pedazo de tela y me las cargue en la espalda a pesar de no ver realmente una utilidad en ellas. Tras haber saqueado todas las cosas útiles del campamento abandonado, seguí caminando, pero esta vez decidí seguir las huellas dejadas por los caballos.

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Trash, trash, trash

Mis pasos chocaban contra el suelo con un ruido metálico, he caminado durante un buen rato, el cielo está nublado así que es difícil saber exactamente cuánto tiempo a pasado, pero yo estimo que han pasado un par de horas, no siento ningún tipo de cansancio así que en verdad no tengo ningún problema en seguir caminando.

A mi alrededor se extiende una planicie silenciosa, no hay aves ni insectos, en el horizonte se observan unas cuantas montañas, el único indicio de vida son las huellas dejadas por los caballos, sería natural pensar que al haber caminado sin parar durante un par de horas ya debería haberme encontrado con las tropas de infantería, es irreal que tropas agotadas por la batalla que cargan consigo armaduras increíblemente pesadas sean capaces de mantener una marcha tan veloz.

Creo que me estoy equivocando, tal vez estoy yendo por el camino erróneo, pienso que fue mala idea seguir los pasos de los caballos, es probable que si hubiera ido en otra dirección me hubiera encontrado con las tropas de a pie, seguramente estoy siguiendo a la caballería por lo que deben estar montando en caballos es decir son la caballería es de sentido común que monten en caballos, o tal vez solo estoy siguiendo una pequeña unidad de mensajeros que fue a no se donde.

Aunque no vi huellas indicando la dirección en la que las tropas de a pie se hayan marchado y me parece poco probable que que todo el ejército se hayan retirado solo en caballos es decir de eran muchísimas personas, cientos de miles, bueno bueno cientos de miles no pero pero si miles, deberían tener alguna base militar cerca, un fortín o alguna cosa similar.

Cómo sea seguiré caminando a ver si de casualidad me encuentro con algún pueblo, un camino, o algo...

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En algún momento una tormenta empezó, toda la tierra se enlodo y las huellas de los caballos se empezaron a borrar; dentro de poco había perdido mi pista.

La luz del día empezaba a escasear y todo mi atuendo se empapo, después de tanto caminar, me encontré con un río y pensé que si lo seguía probablemente me encontraría con alguna señal de civilización, desde la antigüedad los grandes pueblos y ciudades se establecieron cerca de un río; sin más empecé a caminar río abajo.

No importa realmente el hecho de estar empapado después de caminar durante tanto tiempo lo único que quiero es conseguir un poquito de tranquilidad, donde o como la consiga no tiene relevancia.

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Cielo nublado, cielo oscuro, una ligera niebla se levanta, el sonido de mis pasos sobre suelo mojado es aplacado por el inconfundible sonido de las gotas de agua, el estruendo era ensordecedor, y así, en este terrible escenario, encontré un puente.

Una señal de vida, una señal de esperanza. El puente era viejo y estaba muy desgastado, estaba lleno de musgo y prácticamente se estaba cayendo a pedazos, pero era algo. Me acerque lentamente, apreciando más detalles, sin embargo la oscuridad me impedía ver la mayoría de las características de la edificación.

Crucé el puente.

El pasto del otro lado estaba más vivo, sin embargo, esa vitalidad cubría por completo los rastro de algún camino. La verdad estoy mentalmente agotada, no siento ningún cansancio físico, no siento hambre, tampoco siento sed, sin embargo la oscuridad de la noche es agobiante, tal vez debería tomar un descanso...

Me acerco a un árbol y me acuesto en su sombra, deje la gran bolsa a un lado y me descolgué la espada dejándola a un lado.

Cierro mis ojos, dejando que mi cuerpo se fusione con la oscuridad acunando mi mente con el sonido de la lluvia, y así, a pesar de no tener sueño intente dormir, y simplemente intenté dormir.

Las lágrimas me asaltaron cuando abrí mis ojos viendo la luz de la mañana, por algún motivo me sentía euforica a pesar de no haber dormido nada y solo haberme acostado debajo del arbol durante horas intentandolo.

—Ja Ja Ja — una bonita y suave risa escapó de garganta, de mi pecho, de mi ser.

Pero no, este no es mi ser, esta no soy yo, este no es mi cuerpo.

—JA JA JA— La risa, mi risa se convirtio en una risa estridente...

Y QUÉ DEMONIOS IMPORTA, este cuerpo ahora es mio, MIO! no de la princesa muerta, ella ya esta muerta, ahora nada me detendrá de hacer lo que me plazca, NADA!!!

—j-a, ja, j-a, ja— el sonido que salía de mi boca empezó a sonar entre cortado, no puedo dejar de reír, las lágrimas nublan mi visión. Mi cuerpo se convulsiona en el suelo, sin embargo creo ver algo, o más bien a alguien.

Una silueta vestida de blanco sentada en la rama del árbol.

—¡JA JA JA JA!

Una silueta de cabello blanco, con una sonrisa única.

Una silueta de ojos rojos.

Mientras me retorcía y me convulsionaba en el suelo, me perdí en mi propia mente...