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Melinoe •••• 🦋
Me colocó las zapatillas de Danza y corro los sofá igual a la última vez, enciendo Spotify dejando a la música de Vigoski inundar la sala, doy el último trago a la botella de Whisky que Will escondía en las gaveta alta dejando a este quinto vaso por fin iniciar a hacer efecto, el líquido quemaba mi garganta inflandome las venas con un calor poco habitual.
Las voces seguían atoradas en mi cabeza, paseándose una tras otra.
Calificarlo como un día de mierda sería poco decir.
Había perdido todos los hilos que me conectaban a este mundo, primero mi madre, luego mi hermana, Wendy e incluso ahora también mi propio hermano. Me sentía igual a un globo solitario flotando en el espacio, sola y a la deriva.
Lo único que me quedaba era la música.
Estiró, muevo mis hombros y extremidades igual que cada ocasion calentando los músculos. Disipó los nudo en mi espalda y me sumergo en el único mundo seguro que e logrado encontrar, las cosas podían ir mal pero cuando bailaba mi cerebro se pausaba en el exclusivo sonido de las notas olvidando lo demás.
Y esa era justo la idea.
Recuerdo mis coreografias aplicando los movimientos más adecuados a cada estrofa, aunque tampoco dejo que sea un acto puramente mecánico, permitirle a la música interpelar una parte de tú alma podría considerarse un elemento fundamental aquí, sino podías sentirlo bajo tú piel vivirias siempre con la falta de «algo» invisible pero indispensable en esta profesión.
Jamás imaginé lo cual unas gotas de alcohol extra podrían causar este efecto anatómico, mis músculos parecían estar más relajados gracias al efecto del Whisky y más sensibles a los movimientos que dejó fluir inconsciente con sólo oír a Vigoski.
Observó los ventanales notando mi accionar más flexible, gracil y seguro aún ante el concepto de libre expresión.
Podía estar marchita y vacía por dentro, ser una bruja como le gustaba llamarme a Macaria. Pero la música seguía aquí, ella era mi amiga y me devolvia a un lugar dónde se que puedo tener el control, dónde no estoy perdida, ni vacía, tenia notas, tenia el acompañamiento de 35 instrumentos capaces de atarme con un cordel de titaneo a el único lugar en la tierra donde puedo ser yo misma, sin impurezas o errores.
Abro mis brazos cual alas mirando através del balcón el toque del viento sobre la línea del horizonte formando unas pequeñas olas viajando hasta la playa. Imitó su gesto meciendo los brazos suavemente deseando ser una pequeña mariposa y poder volar muy lejos de aquí.
—Melinoe. La voz de Will se cuela entre los últimos acordes pero lo ignoro cerrando mi coreografía con una vuelta y la figura del cisne.
Apoyo los talones sobre la madera recuperando mi postura natural, dejo el mágico trance que el ballet me permite viendo sus ojos de la misma manera que él hace con los míos.
