Proyecto bebé

XVIII

Con cuidado después de volverlo a abrazar lo lleve hasta su habitación, ahí aproveche a acostarme en su cama y él se recostó encima mío abrazándome y descansando su cabeza en mí pecho.
Era un momento tranquilo, pero algo nostálgico. Mí corazón se sentía afligido al sentir aún la angustia de mí omega, así que simplemente lo abrace soltando mí aroma y dejando pequeños besitos en su cabecita.

–Gracias Lis, gracias por ser tan amable conmigo, gracias por entenderme y abrazarme, gracias por no intentar cambiarme pero siempre apoyarme cuando yo quiero hacerlo, gracias por todo. Creo que siento algo más que cariño, creo que te amo.– Me miro con ojos sinceros y sentí que mí corazón se derretía.

Tantos años había esperado por esto, por un "te amo"... Por que esos ojos tan lindos me miren como me ven ahora, tan llenos de amor, tan suaves. Mí corazón latía con fuerza y automáticamente una sonrisa suave y repleta de emoción se dibujó en mí rostro, creo que nunca me sentí así con nadie, se siente tan hermoso, tan correcto.

Nico me beso con suavidad mientras se acomodaba encima mío, acariciaba mí cara con delicadeza y yo simplemente pude responder abrazando su cintura. Todavía no entendía todo lo que estaba pasando, pero me encantaba, Nico me encanta, y me encanta amarlo de la manera que lo amo.

Después de unos minutos se separó por la falta de aire y me abrazó escondiendo su nariz en mí cuello, sintiendo como cada vez mí olor se volvía más intenso, probablemente por el celo que ya estaba comenzando.

–¿Me dejas que te ayude con tu celo?– Me preguntó en un susurro mientras se separaba y miraba a cualquier lado menos mí cara, seguramente por la vergüenza ya que hasta rojo se puso.

–Obvio que si, gracias Niky, y sabes que... Yo también te amo.– Solté de una vez por todas y él me miró sorprendido pero después sonrió y me agarró de los cachetes para darme un beso emocionado.

Por fin había una respuesta a tantos años de sentimientos acumulados.