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Max entró en su habitación, otrora llena de poster de butbol, de video juegos y de cosas tipicas de un chico de su edad. Hoy, más o menos igual pero sin posters y con más juguetes. El aroma a adolescente mal bañado era inexistante y reemplazado por aroma a lavanda y talco. Hoy se daba cuenta que, si bien su mundo había sido puesto patas arriba, no distaba tanto de lo que tenía antes. Las mismas personas que siempre estuvieron en su vida lo trataban distinto no porque la magia les hubiera lavado el cerebro, pensó; más bien porque él era distinto. Un pequeño cambio en ti lo cambia todo. Tuvo que renunciar a su orgullo y madurez para saber de eso.

Sin embargo, sabía que algo estaba cambiando, si bien la actitud de las personas en su entorno no había retrocedido a un estadio antiguo, notaba que su propia anatomia volvía a tener características de su antiguo yo. ¿Era eso pelo en las axilas lo que veía cuando se miraba al espejo? ¿Era esa su longitud fálica clásica? ¿Era eso una sutil y minúscula espinilla en el lóbulo de su oreja derecha?

No necesitaba ser un genio para darse cuenta de lo que ocurría, la pubertad estaba regresando lentamente a él. El embrujo expiraba, se emborronaba como lo hacen las huellas en la arena cuando sopla el viento. Grano a grano se borran las improntas como si nadie hubiera estado ahí. Y Max, pese a toda la vergüenza atravesada en los últimos días, hallabase contrariado.

"Ya te diste cuenta" Dijo Wendy, apareciendo tras él en el espejo de su habitación.

"¿Cómo no notarlo? Si antes estaba tan orgulloso de estos cambios"

"¿Y ahora no lo estás? ¿No estás alegre de recuperar lo que es tuyo?"

"Estoy más bien sorprendido de que sepas qué me ocurrió... Tu... ya lo sabias ¿no? Siempre lo has sabido"

Wendy sonrió complacida y abrazó por la espalda a su hermano. Y dijo:

"Soy más vieja, he ido a la feria más veces que tú. Mi vida también ha cambiado bastante"

A Max eso le hacía sentido. Aunque se le hacía extraño que ella, sabiendo cómo siempre había sido Max, fuese tan servicial en ésta realidad donde al parecer necesitaba muchos cuidados.

"Supongo que me quieres un poco, hermana. De no ser así no me hubieras consentido como lo hiciste"

"Te diré la verdad, fue divertido al principio. Pero tiendo a aburrirme rápido de estos cambios mágicos ¿sabes? Es el precio de la magia, empieza a parecer mundana cuando te acostumbras"

Max notó otra espinilla, esta vez la localizó en el nacimiento del pelo, en la frente.

"Creí que esto duraría todo un año o toda la vida" Dijo Max "la vieja dijo que detendría mi pubertad"

"Así hubiera sido... de no ser porque fue un deseo compartido. Se está debilitando porque ahora Billy, que es el afectado por el deseo pero no quien lo pidió está rompiendo su relación contigo. Tú eres quien lo pidió, sin ti el deseo ya no le afecta"

"O sea que era así de fácil. Romper nuestra amistad era la forma de romper el hechizo"

"Sí hubieras entrado solo a esa carpa... habría solo una forma de romperlo. Esto que esta pasando es como... una sub clausula de la magia. Curioso ¿no?"

"¿Cual es la forma de romperlo todo por completo?"

"¿Realmente quieres saber?"

"Al menos así sabré cómo no acabar de romper el embrujo; saber es prevenir"

"Bien, pues es muy simple. Debes decir: me retracto de mi deseo con Billy, quiero que todo sea como antes"

"Creí que no había devoluciones hasta la próxima feria"

EL DESEO DE MAX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora