Cautivo por La Mafia [boyxboy®] ©

capítulo 11

Después de la fiesta en el Palacio en Inglaterra, Dimitri Chéjov actuó con su característica discreción. Observó cómo Ethan, que no estaba acostumbrado a beber, se había embriagado durante la velada. La preocupación se mezclaba con la confusión en la mente de Dimitri mientras evaluaba sus propios sentimientos hacia el joven hacker.

Sin decir una palabra, Dimitri se puso de pie y con elegancia ayudó a un tambaleante Ethan a ponerse de pie. Sus manos fuertes y seguras sostenían al joven con suavidad pero con firmeza mientras caminaban por los pasillos del palacio hacia la habitación de Ethan.

La tensión entre ellos era palpable mientras avanzaban por los pasillos iluminados por las tenues luces. Dimitri estaba decidido a mantener su compostura y no revelar sus emociones, pero en su interior, se estaba produciendo una lucha interna. ¿Cómo podía reconciliar su papel como líder de la mafia con esta atracción que sentía hacia alguien a quien debía proteger y controlar?

Finalmente, llegaron a la habitación de Ethan. Dimitri lo ayudó a sentarse en la cama con cuidado. El joven parecía vulnerable y fuera de sí, y el miedo que siempre había sentido hacia Dimitri se mezclaba ahora con una pizca de incertidumbre.

Dimitri permaneció de pie frente a Ethan, su mirada fija en los ojos del joven. Había una paleta de emociones en sus ojos: confusión, deseo y preocupación. Sin embargo, la distancia entre ellos era evidente, y Dimitri era consciente de su papel como líder de la mafia.

La tensión en la habitación aumentaba mientras Dimitri sopesaba sus propios deseos y responsabilidades. Sabía que no podía cruzar ciertas líneas, pero la atracción que sentía hacia Ethan se estaba volviendo cada vez más difícil de ignorar.

Con la tensión en la habitación y el silencio que los envolvía, Dimitri decidió dar un paso adelante. Sus manos se movieron con sutileza mientras acariciaba el rostro de Ethan con un toque gentil, guiando su mirada hacia la suya. Los ojos de Ethan, nublados por el alcohol y la confusión, se encontraron con los de Dimitri, quien buscaba una señal de consentimiento en ellos.

Dimitri inclinó su cabeza ligeramente y acercó sus labios a los de Ethan con cuidado. El primer roce fue suave y delicado, apenas un roce, como si estuviera probando las aguas. Los labios de Ethan respondieron de manera instintiva, sus sentidos confundidos por el alcohol y las emociones que se mezclaban en su interior.

Los besos se volvieron más intensos pero igual de discretos, como si temieran que alguien pudiera entrar en la habitación en cualquier momento. Dimitri exploró el cuello de Ethan con sus labios, dejando una senda de besos que despertaban sensaciones en el joven hacker. Ethan, aún confundido por lo que estaba sucediendo, no pudo evitar sentir una punzada de deseo y emoción.

La habitación se llenó de una tensión cargada de emociones mientras Dimitri y Ethan compartían un momento de intimidad. La atracción que se había estado gestando en las sombras ahora se manifestaba en besos y caricias que solo complicaban aún más la compleja relación entre ambos.

Ethan, ajeno a la profundidad de sus propios sentimientos, se dejaba llevar por las sensaciones, mientras que Dimitri luchaba por mantener su control habitual.

A medida que los días pasaban en la mansión de Roma, la relación entre Dimitri y Ethan seguía desarrollándose en el trasfondo, mientras que el resto del mundo permanecía ajeno a lo que estaba sucediendo. Dimitri, con su naturaleza controladora, mantenía cuidadosamente sus cartas cerca del pecho, sin dejar rastro de lo que había ocurrido en esa noche de la fiesta.

Para el exterior, Dimitri y Ethan continuaban trabajando juntos en la mafia, fortaleciendo su relación de jefe y subordinado. Los días estaban llenos de reuniones, estrategias y tratos con otras familias mafiosas, y ambos estaban inmersos en el mundo del crimen organizado.

La presencia de Ethan en la mansión de los Chejov se volvía cada vez más familiar, y su habilidad para hackear y su conocimiento sobre la CIA lo hacían un recurso valioso para Dimitri. Sin embargo, mientras Ethan se esforzaba por adaptarse a su nuevo entorno, había un sentimiento constante de que algo había cambiado entre él y Dimitri, aunque no podía poner el dedo en qué.

Dimitri, por su parte, seguía tejiendo sus hilos invisibles, manteniendo a Ethan bajo su influencia sin que el joven hacker lo supiera. Era un juego peligroso en el que Dimitri se movía con maestría, cuidando cada detalle y manteniendo su control absoluto sobre la situación.