Quos amor verus tenuit, tenebit [YoonSeok]

1.

Advertencias: la siguiente historia es un twoshot muy raro JDSJDBFSHF

Fue una comisión que me pidió Nayely (perdón, se me olvidó tu user) hace mucho tiempo. Tiene que ver con el tema de reencarnación.

Este primer capítulo se ambienta en Roma. Es angst, drama y tragedia.

Lo primero que escuchó Yoongi, al salir de su hogar, fueron los gritos en las calles.

Con pocas ganas de pasar por el tumulto de gente, pero sabiendo que era la única opción disponible, se acercó al caballo que su esclavo le tenía ya preparado. Sus soldados personales no tardaron en acercarse, tres hombres grandes y maceteados, envueltos en sus armaduras, a la espera de una orden. El patricio no dijo nada mientras montaba al animal, tranquilo y sin necesidad de ayuda.

―¿Hay una protesta? ―preguntó, y su mayor hombre de confianza, Jungkook, se le acercó.

―Algo así, mi señor ―admitió―, pero no deberíamos tener muchos problemas. Ellos no se atreverían a tocarlo.

Yoongi lo sabía, pero no era eso lo que realmente le preocupaba. Las últimas semanas las protestas por parte de los plebeyos habían ido en aumento, en busca de más derechos, y el patricio podía comprenderlo por un lado. A diferencia de su padre, Yoongi no gustaba de mirar en menos a los plebeyos, e incluso a los esclavos. Siempre solía discutir con el resto de su familia respecto a eso punto, pues aludían a que la rama de los Favius, a la que ellos pertenecían, no tenía que rebajarse de esa forma.

Como pater de su hogar, Yoongi tenía un gran puesto en el senado romano, siendo uno de los más influyentes sobre el emperador. Yoongi tomó el rol de pater familias al ser hijo único y luego de que su padre, envejecido por una enfermedad, se retirara del Senado. A esas alturas, supuestamente, Yoongi ya debería estar casado, aunque si era honesto, no estaba muy interesado en las mujeres. Sin embargo, sabía que pronto debería casarse, porque no podía llamar la atención de esa forma. Tal vez si las cosas hubieran sido iguales tres siglos atrás no habría demasiado problema, pero los tiempos cambiaban y llevaban más de cien años desde que Constantino El Grande declaró el cristianismo como religión oficial del Imperio. Ahora, con Teodosio a la cabeza, no era como si las cosas fueran a cambiar.

Con esa conocida calma que lo caracterizaba, Yoongi golpeó al caballo en los costados, indicándole que anduviera, y sus soldados le siguieron con paso ligero. Tenía unos asuntos que solucionar en la basílica Ulpia, así que debía cruzar todo el foro para llegar a ella. Sabía, sin necesidad de preguntar, que allí se encontraría con todo el tumulto de gente.

No se equivocó. Apenas su caballo entró por el foro, con las calles cubiertas de mercaderes ofreciendo sus productos, vislumbró a lo lejos a las personas alrededor de un joven. Gritaban y chillaban palabras que se perdían en el viento, imposibles de entender bien por la cantidad de gente que hablaba.