Quos amor verus tenuit, tenebit [YoonSeok]

2.

Advertencias: la siguiente historia es un twoshot muy raro JDSJDBFSHF

Fue una comisión que me pidió Nayely (perdón, se me olvidó tu user) hace mucho tiempo. Tiene que ver con el tema de reencarnación.

Este segundo cap es en la Edad Media. Es angst, drama y tragedia.

Yoongi tenía recurrentes pesadillas en la semana.

Le costaba mucho poder discernir bien lo que pasaba en esos sueños, pero era como si una oscuridad opresora se pusiera sobre su pecho, allí donde estaba su corazón, y le estrujara hasta quitarle el aire. Lo que más recordaba en todos esos sueños, eran unos ojos de color café almendra, grandes y expresivos, y unos labios que, cuando sonreían, formaban un bonito corazón. Yoongi jamás vio algo como eso en su vida, y quizás eso era lo que más le desconcertaba.

La dolorosa sensación de que conocía a esa persona, pero jamás la había visto.

Miró el cielo nocturno a través de la ventana, con el sudor pegándose en su espalda, y se dejó caer en las almohadas. Sólo fue una pesadilla. Una horrible pesadilla, nada más.

El ducado de Aquitania se encontraba bajo las manos del gran duque Min Hyungsung. Su hijo Min Yoongi de diecinueve años, era considerado como el futuro heredero del gran ducado (o reino, como se pensó durante tanto tiempo), que tiempo atrás fue anexado al Imperio Carolingio por parte del gran Emperador Carlomagno.

De eso, ya habían pasado más de un siglo. Carlomagno estaba muerto y el Imperio en manos de sus tres incompetentes nietos. En ese momento, Carlos II (o El Calvo, al que llamaban burlonamente), gobernaba el Reino de los Francos Occidentales, y el ducado de Aquitania se encontraba en relativa calma. Su padre se encargaba de mantener todo en orden para evitar que los ojos del rey se posaran en ellos, pues como estaba la situación entre los nietos de Carlomagno, pronto estallaría otro conflicto.

Yoongi se aburría constantemente en esa lujosa vida que llevaba. Era un poco extraño, pensaba, pero los únicos momentos de emoción que poseía era con las pesadillas que sufría. Sabía que estaba en edad de casarse, sin embargo, el matrimonio se le hacía aburrido y soso. No conocía a alguna mujer que le provocara algo más que desinterés. Su padre no parecía demasiado preocupado en hacerlo contraer matrimonio, por lo que no sufría esa presión externa para cumplir con su destino.