TOM

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Abro los ojos en medio de la madrugada cuando siento el calor de otro cuerpo contra mi espalda. Me quedo vacilando unos pocos segundos, pensando en quién soy y en dónde estoy, hasta que recuerdo todo y una leve sonrisa se forma en mis labios cuando me doy cuenta de quién me está abrazando por detrás.

Sé que hace frio, aunque no siento el clima de la misma manera que ella. Me volteo despacio y veo su rostro dormido, no puedo evitar sonreír al verlo y presiono mis labios contra su frente en un pequeño beso. La abracé para darle el calor que ella buscaba cuando se había pegado a mi espalda. 

—¿Tienes frío, preciosa? —Le pregunté en un susurro para saber si estaba despierta.

—Sí. —Contestó. —Abrázame.

—Te estoy abrazando, mi amor. —Acaricio su cabello castaño claro para relajarla. —Duerme.

Ella vuelve a quedarse dormida y eso es suficiente para que yo me sienta en paz, cerrando mis ojos también y dejando atrás los problemas del mundo para descansar unas horas. 

* * *

Sumergido en lo profundo de mis sueños, escucho mi alarma como un sonido lejano dándome el aviso de que es hora de despertar. La imagen se desvanece y la olvido, como la mayoría de los sueños que tengo cuando estoy dormido. Un murmullo sale de mi boca y me muevo bajo las cálidas mantas buscando la pantalla del teléfono para apagar el bendito sonido. 

Después de algunos intentos finalmente el ''beep beep'' se apaga, son las 6:00 A.M y antes de que pueda ponerme a pensar en razones para no levantarme, pongo los pies en el suelo y voy al baño. Mi cabello parece que fue azotado por un tornado, mis ojos aún tienen sueño y mi mal humor de treinta minutos me hacen parecer un viejo gruñón.

Cuando me siento a desayunar automáticamente todo parece mejor, el desayuno es mi comida favorita del día, y a veces me basta pensar durante unos segundos en huevos, tocino, pan tostado y café para saltar de la cama. 

Literalmente me levanto emocionado por desayunar.

Mientras tomo un sorbo de café me pongo a revisar la agenda, tengo un día muy ajetreado y ya estoy preparado mentalmente para ello, pero primero lo primero, a alimentar a Bobby y a darle su paseo antes de ir a entrenar. 

—Buenos días, amigo. —Lo saludo haciendo una pequeña caricia en su cabeza y él mueve la cola de un lado a otro, también feliz de verme esta mañana. 

Le doy su ración de comida a Bobby y voy a cambiarme para salir a darle su paseo mañanero, no me esfuerzo mucho, solo voy por bermudas y camiseta negras, además de una gorra para intentar no llamar demasiado la atención. 

Estoy en Nueva York por varios asuntos de trabajo y echo de menos mi hogar en Londres, pero me mantengo firmemente en mi rutina como si aún estuviera allá para no tener mucho tiempo de pensar en eso y no distraerme de mi trabajo. Sin embargo, hoy es uno de esos días donde ya no puedo más y me quiero largar. El momento donde más extraño Londres y mi recorrido habitual es cuando estoy paseando a Bobby, me siguen más paparazzis en Nueva York que allá. Creen que soy tonto, pero sé que me están tomando fotos hasta cuando estoy recogiendo los deshechos de mi mascota con una bolsa. 

Me tienen harto y no pienso demostrar lo contrario. 

—Buenos días Tom. —Saluda mi agente cuando contesto la llamada entrante que interrumpía la foto que quería tomarle a Bobby caminando por Central Park. 

—Buen día. —Dije con desgana y guardé el teléfono.

—¿Mal día? —Inquiere notando mi falta de emoción por enfrentar los últimos días en Estados Unidos. 

Mi Secreto《Secuela》Where stories live. Discover now