CAMILLE

89 15 24
                                    

Golpeo mi pie en el suelo, miro las paredes blancas otra vez hablando conmigo misma y preguntándome cuándo nos llamarán, mientras entran y salen personas de los consultorios de los distintos especialistas. Ya he hecho esto muchas veces con mi mamá para superar lo del incidente, pero ahora me toca ir sola y no sé cómo resultará, tengo miedo de que me sienta peor o que me hagan ponerme a pensar en cosas que ya no quiero pensar. 

¿Cómo te sientes, mamá? Le pregunté en un tono amable intentando no demostrarle que estaba un poco nerviosa por lo que me esperaba del otro lado de la puerta.

Bien, querida.Dijo con una suave sonrisa que de cierta forma me tranquilizaba. ¿Y tú? —Preguntó sugestivamente. 

—No lo sé... —Contesté vacilante aún tratando de decidir si seguir adelante o no. 

—No te preguntaré si quieres que entre contigo porque ya sabes que no puedo. —Reí leve, sospechando que mi madre tenía muchas ganas de entrar conmigo, solo para saber qué le digo a Verónica. 

Verónica es nuestra terapeuta, empezamos a venir una vez a la semana a terapia por recomendación de los médicos que atendieron el proceso de mi madre después del incidente con Víctor. Nos ayudó mucho a pensar en nuestra relación de madre e hija, a procesar el terrible acontecimiento, la leve secuela que quedó en su cuerpo y también las secuelas psico-emocionales.

No ha sido un proceso fácil, pero desde que le manifestamos a Verónica que nuestra relación ahora era buena y que nos sentíamos mejor, la psicóloga me citó a mi sola. 

Me dio miedo, porque lo dijo de una manera que me daba a entender que no estaba todo 100% bien conmigo aún y que ella lo sabía. Claro, es psicóloga, no voy a cuestionarla y a exigirle que me diga sus razones para citarme a una sesión individual. Pero sí me dio miedo y no sé qué espera que yo le diga. 

No se que decir, admito que aún me preocupo por mamá, pero ya lo dije y lo dejo ver muchas veces.

—¿Por qué crees que quiere verme a mi sola? —Interrogué queriendo saber qué pensaba o si sabía algo al respecto. Mamá se encoge de hombros y frunce los labios. 

—Estarás bien, no actúes como una criminal Camille. —Dice con una pequeña broma, invitándome sutilmente a calmarme.

—Es que fue muy seria cuando me dijo que hoy me vería solo a mí. —Pone los ojos en blanco y luego me palmea la pierna en un gesto alentador y cariñoso.

Verónica abre la puerta de su consultorio unos minutos después de que su último paciente se va y me llama por mi nombre, mi madre me da otra sonrisa tranquilizadora y se queda sentada en la sala de espera mientras yo entro, con todos los nervios del mundo e intentando disimularlos.

‹‹Actúa normal, no mataste a nadie.››

—Buenos días Camille, ¿Cómo estás? —Preguntó amigablemente dándome la bienvenida.

—Buenos días, todo bien...todo está bien, ¿Qué tal tú? —Titubeo como una tonta. 

—Muy bien, toma asiento por favor. —Me acerqué y me senté frente a ella, observando el entorno nerviosamente. —¿Cómo te sientes al venir sola? 

—Está bien, supongo. —Respondo mientras ella abre su cuaderno de anotaciones y se cruza de piernas, lista para comenzar. 

—¿Un poco nerviosa tal vez? 

Qué pésima soy intentando disimular cuando no estoy cómoda.

—Yo...uh...si, no sé qué debo decirte para ser sincera.

Mi Secreto《Secuela》Where stories live. Discover now