Blue jeans

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Una agradable ducha, media hora dentro del sauna y un buen maquillaje, fue lo único que Ino necesitó para recobrar su aspecto radiante y bello de siempre. El vestido color rosa entallado, de bajo recto que le llega por debajo de las pantorrillas, de fino material de natte elástico de la prestigiosa marca Prada, le brinda una silueta precisa; el cuello en forma de camisa la hace lucir elegante y sofisticada. El diseño está inspirado en los uniformes clásicos y, sin duda, le brindan toda una imagen de una importante heredera.

Su cabello decidió sujetarlo en un moño alto y el maquillaje lo eligió discreto, solo resaltando sus bellas facciones, hacen desaparecer cualquier rastro de una terrible noche. Todas las ojeras se han cubierto a la perfección, sus ojos azules lucen brillantes y profundos.

Al entrar al lujoso Penthouse de uno de los principales hoteles del distrito de Ginza, no demoró en atraer las miradas de todos los presentes, algo tan normal para ella.

―Bienvenida, Yamanaka sama ―le saludó el joven que recibía a los invitados.

Ino no agradeció la bienvenida, no se sentía de muy buen humor pues lo que en realidad deseaba estar todo el día en cama y hundirse en su existencia. Estar ahí era totalmente desagradable.

 Continuó avanzando entre los presentes, los cuales eran a lo mucho cuarenta invitados al ser un evento muy exclusivo. Los saludaba con una sonrisa y una leve inclinación de cabeza mientras buscaba a sus padres, al igual que intentaba recordar a qué se debía su asistencia a dicha fiesta. Era consciente que tiene que comenzar a involucrarse más en la empresa y otras cuestiones que le parecían aburridas.

—Ino, llegas hora y media tarde —escuchó detrás suyo.

Su madre, vestida en un traje sastre a medida, la miró con frialdad, al igual que parecía enojada Nada sorprendente cuando se trata de ella. .

—Tuve un pequeño percance, madre.

—Puedo imaginarme cuál fue, o más bien, no logro adivinar quién fue ese percance —expresó la mujer con sarcasmo.

Ino sonrió por las sospechas de su madre.

—Ya estoy aquí, ¿contenta?

—Debo presentarte a alguien, es el hermano menor de un importante empresario y quien puede ser nuestro futuro inversor.

—Oh, ya entiendo —expresó con ironía —. Estoy aquí para ser vendida al mejor postor.

La mujer sonrió, acomodando el cabello de su hija con falso cariño.

—Puedo asegurarte que este joven vale más la pena que cualquier idiota con el que te estés acostando.

Ino se sintió incómoda ante esas palabras, pues eran verdad y ante eso no pudo contradecir nada.

— ¿Dónde está mi padre? —prefirió preguntar para desviar el tema.

—Está conversando con ellos, vamos no perdamos más tiempo.

Ino siguió a su madre sin tener más alternativa y, mientras lo hacía, pensaba que quizá ella tuviera un poco de razón. Yahiko es el peor hombre con el que se ha involucrado. Es arrogante, impulsivo y ciertamente manipulador. Incluso para alguien como ella, le estaba costando un poco manejarlo y temía que todo se saliera de control.

Por otra parte, puede ser que haya mejorado su aspecto y se viera totalmente hermosa, pero dentro de sí, en su corazón se sentía dolida. No estaba enamorada de él, lo sabía, pero eso no significaba que no la lastimara su humillación.