𝐒𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐭𝐨 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 || Dabi x Male!Oc

⦗𝟎𝟖⦘ 一𝐀𝐡𝐨𝐠𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬.

¿Cuántas horas llevaba envuelto en sus cobijas? ¿Cuánto había ya llorado, que no le quedaban más lágrimas para derramar? Sabía que encerrarse en su cuarto cada que algo no salía como quería era un mal hábito, y que no le ayudaría en nada, pero es difícil desprenderse de las malas costumbres.

Una parte de él —la optimista, tal vez—, deseaba que Dabi entrara sin permiso por su ventana, así como siempre hacía, y lo reconfortara de la misma manera que la última vez. Pero sabía que no pasaría. El chico le había escrito que esa tarde estaría ocupado haciendo un proyecto, así que estaba por su cuenta.

No es que le importara mucho. Siempre lo había estado.

—¿Estás ahí, Yue?

O al menos eso habría querido, porque sin duda estar por su cuenta era mejor que eso.

La voz de su hermano sonó desde el otro lado de la puerta, y él hizo su mejor esfuerzo para parecer dormido. Entonces oyó el rechinar de la cerradura al dar vuelta, y la luz del pasillo le dió directo en la cara. La madera chirrió bajo el peso de pasos, y luego sintió el colchón hundirse a su lado. Entreabrió un ojo, sabiendo que había sido descubierto, y esperó a que el rubio hablara.

—¿Peleaste con Todoroki? —preguntó Haruto. Un leve deje de cautela podía distinguirse en medio de la frase, y el silencio fue respuesta suficiente. Una mueca se formó en sus labios, pero quiso disimularlo con una sonrisa conciliadora—. Está bien. Sé que todo se arreglara. Siempre logran arreglarlo.

—Esta vez no... —murmuró sin fuerza. Con el paso de los años había descubierto que llorar afecta tanto la garganta como la propia voz.

Su gemelo lo miró con una mueca, antes de volver a sonreírle.

—¡Vamos hermanito! Es obvio que saldrán de esta —intentó animarlo, pensando en agregar una broma para aligerar el ambiente—. ¿O qué haré yo si mi hermano no se lleva bien con mi pareja?

Oh Haru, pobre e iluso Haru, si tan solo te hubieras dado cuenta desde el principio...

—¿Puedes detenerte, por favor? —Yue rogó, sintiendo su voz romperse de nuevo. En cualquier momento comenzaría a llorar, a pesar de que creyó que se había quedado sin lágrimas.

—¿Yue? —todos los sistemas de alerta en su cabeza rubia se dispararon cuando oyó a su hermano desmoronarse de nuevo—. ¿Pasó algo? ¿Dije algo malo?

El silencio entonces le carcomió la conciencia, acompañado por la mirada incrédula y decepcionada de su hermano mayor.

—Nunca te das cuenta de nada —sollozó al fin—. ¿Tan poco te importo que ni siquiera lo notas? —el gemelo menor empezaba a entrar en pánico. ¿Acaso había hecho algo que no debía?—. Me he desvivido por ti todos y cada uno de los días de mi vida. Te he puesto antes que todas mis metas y deseos. Me he olvidado de todo lo que amo por ti. ¿Y ni siquiera te dignas en ponerme un mínimo de atención?

Esas palabras le cayeron como un balde de agua fría, sintiéndose culpable sin siquiera saber del todo por qué. Entonces pequeños recuerdos que hasta ahora eran irrelevantes empezaron a apuñalarlo como dagas.

La vez que Yue abandonó el piano tan súbitamente, y él se enojó con su mayor por retirarse justo cuando recién empezaba. Haru nunca pensó que sería tan bueno en el piano, en realidad ni siquiera le gustaba. Entró para pasar más tiempo con su gemelo, y sorprendentemente terminó ganando el primer lugar en una competencia de la cual ni siquiera recordaba el nombre. Su hermano nunca se mostró molesto. Solo comprensivo. Actuaba de la manera que lo hacían sus padres cuando él fallaba en algo. Comportamiento de sus progenitores que nunca vio dirigido hacia su hermano.