Capítulo 8.

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Abatida por el cúmulo de pensamientos me alejo del banco en el que he perdido la noción del tiempo. Me puse a caminar. Alejarme del mundo y creo que me he perdido. Miro a un lado y al otro. Las calles no me resultan familiares y para el colmo mi móvil se había quedado sin batería y no podia llamar para que vinieran a buscarme. ¡Genial, Bonnie! Me digo a mi misma, siempre la misma suerte. Cuando empiezo a sentirme cansada y con dolor de pies decido mirar el reloj de mi muñeca. Llevo mucho tiempo andando sin rumbo y cada vez más y más perdida.

Tras tanto paseo he llegado a la conclusión de que Blake me gusta demasiado. No quería admitirlo porque estaba asustada de este sentimiento que estaba creciendo dentro de mí tan repentino. Pero no no podía seguir negándolo.

–¡Bonnie!–Grita alguien a las espaldas.

Me quedo quita en el sitio. Al principio me asusto pero, joder. Reconocería esa voz en cualquier parte.

–¡Mierda Bo! ¿dónde te habías metido? Estaba realmente preocupado.–Me dice Blake mientras se acerca a mí. Dudo un momento si esperarle o marcharme. Sé que si le veo voy a recordar el beso con esa tipa y el estómago se me revuelve de asco e irá. Aunque mi parte sensible, esa que no sabía que tenía hasta que lo conocí, gana y me quedo quieta. Me alcanza, me coge la cara entre sus manos y me abraza.

–¿Por qué saliste corriendo? Te llevo buscando horas. Me preocupaste.– Me vuelve abrazar y yo escondo mi cara entre el hueco de su cuello.

Este podría ser mi lugar favorito en todo el mundo.

–Respóndeme.–Me mira a los ojos y no me sale ninguna palabra, no sé que decirle.

–Y...yo lo siento.–Los ojos se me llenan de lágrimas. No se que me pasa, estoy demasiado sensible.

–Hey esta bien no llores, cuando estés mejor hablaremos de esto ¿si?–Asiento con la cabeza y limpia las lágrimas que caen de mis ojos con su dedo.

–Venga vámonos.–Agarra mi mano y tira de mi en dirección al coche.–Te voy a llevar a comer algo ¿tienes hambre?– Yo asiento con la cabeza. No tengo hambre pero no voy a dar explicaciones.

Llegamos a una cafetería y nos atiende una camarera de 90-60-90 que no hace más que sacar culo y enseñar el escote a Blake. Me frustra que todas las chicas le andén coqueteando. Pero él pasa de ella y solo me mira a mí. Nos trae el pedido y comemos en silencio.

–¿Estás mejor?–Pregunta mirándome y yo vuelvo asentir con la cabeza.

No me salían las palabras. Mi cabeza era un total desastre lleno de cosas.

–¿No me vas hablar?–Me hace otra pregunta. Pero de mi boca sigue sellada.

–Esta bien–Su ceño esta fruncido y por su cara puedo notar que esta un poco cabreado.

–Vámonos.–Me dice cuando terminamos de comer.

Salimos de la cafetería. No me abre ni la puerta del copiloto. Tampoco me hacia falta que lo hiciera, pero siempre lo hace y me sienta un poco mal. Arranca el coche y nos adentramos en un absoluto silencio que se rompe por el sonido de un móvil. Es el suyo, mira la pantalla y lo coge de mala gana.

–¿Qué mierda quieres? Estoy ocupado.–Su tono de voz es serio y frío.–¡Qué! Enseguida voy.–Y cuelga.

Sube la velocidad del coche. Su cara esta más seria que de costumbre y los nudillos blancos de tanto apretar el volante.

Llegamos a la puerta de mi casa. Él no me dice nada y yo tampoco. Le murmuro un "adiós" bajito. No me responde y salgo del coche. Veo como arranca y se va a toda velocidad entre la oscuridad de la calle.

No sé que hora es pero será tarde y mi madre me echara la bronca, tendré que inventar alguna mentira. Abro la puerta de casa, intento subir las escaleras pero una voz me interrumpe.

–A dónde crees que vas jovencita.–Mi madre está cabreada cruzada de brazos en el marco de la puerta de la cocina.

–A...a mi habitación.

–¿Donde estabas? ¿Por que llegas tan tarde a casa?

–Um, nos mandaron un trabajo en clase de ultima hora y estaba en casa de Kate haciéndolo.–Le digo nerviosa.

–Podrías  mandar un mensaje estaba asustada.

–M...mi móvil se quedo sin batería, mamá.

–Está bien, pero estas castigada, dos semanas. Solo tienes que ir a la universidad y venir aquí ¿entendido?

–Sí, mamá- Digo desganada y con eso subo a mi habitación.

Un día "perfecto"















Estoy en la cafetería de la universidad con Kate y miro por todos lados, pero no esta Blake. Lleva dos días sin asistir a clases. No se nada de él, no lo he visto llegar a casa, ni salir. Ni ninguno de sus vehículos aparcado.

–No lo buques más, no está.–Contesta mi amiga.

–No estoy buscando a nadie.–Digo nerviosa mirando mi comida.

–Lo que tu digas.–Rueda los ojos.

–Como esta mi chica preferida.–Dice alguien tapándome los ojos.

–Bien.–Me río y me besa la mejilla.

–Hey. ¿Y yo que?– Dice Kate haciéndose la ofendida.

–A ti nada, bicho.–Nos reímos.

Jack es amigo de Kate, me lo presentó hace unos días y nos llevamos muy bien. Es muy simpático y gracioso. Kate y Jack siempre se están peleando pero en el fonde se que se quieren.
















Terminan las clases. Voy con Kate y Jack. Nos estamos riendo de las cosas graciosas que decía Jack.

–Mira quien esta allí.–Dice Kate señalando con su dedo.

Miro y está Blake apoyado en el coche, fumando un cigarro y mirándome.
Se me corta la respiración.

–Creo que quiere que vayas.–Contesta Kate con emoción.

–Uh esta bien, me acercaré.–Besan mi mejilla y me despedido.

–Ten cuidado–Dicen los dos a la vez.

Me río. Parecen mis padres.

BlakeWhere stories live. Discover now