𝙲𝚘𝚖𝚘 𝚏𝚛𝚞𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝚖𝚎𝚛𝚌𝚊𝚍𝚘 (𝙲𝚊𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍𝚘)

2.1K 82 7
                                    

El español sujetaba al pequeño británico por las caderas mientras que el contrario tenía entrelazados los brazos y las piernas por las caderas del mayor, estaban besándose desde hace rato ya, querían aprovechar el poco tiempo que tenían antes de las prácticas, aparte de que habían regresado del parón de verano. Puede que hayan pasado unos días juntos, pero había algo que les decía que esos 5 días juntos no fueron suficientes.

Ninguno de los dos se había visto desde la última carrera y se tenían tantas ganas, que en el primer instante en que ambos estuvieron libres se encerraron en un lugar del paddock. Carlos metía sus cálidas manos por debajo del mono, rozando con la licra del británico. No es como si se lo pudiera quitar y poner rápido. Mis dedos masajeaban los pezones de Lando mientras lo distraía con besos húmedos, gemidos salían de su boca.

El calor en el ambiente se sentía que subía con cada beso qué ambos se daban, extrañaban sentir sus labios, sus manos recorrer sus cuerpos; la manera en que Carlos lo hacía sentir pequeño con cada roce, como pudo Carlos lo monto en una mesa que se encontraba en el cuarto, abriendo sus piernas y metiéndose entre ellas. Lando por su parte buscaba más contacto en sus cuerpos, mientras acababa con la poca distancia entre ellos, rozando sus erecciones crecientes.

Carlos mordió ligeramente el cuello de Lando, provocando que este soltara gemido algo alto, soltando el nombre de Carlos entre el gemido, no tanto para que escuchara la gente de afuera, el pequeño británico trataba de reprimir los gemidos lo más que podía, rasguñando la espalda del español o mordiendo su hombro, sacando un gemido grueso a Carlos, si lo suficiente alto como para incomodar al otro español que se encontraba en la habitación.

Estaban demasiados metidos en su mundo qué no habían notado la presencia de cierto español que se encontraba acostado en el sillón, al fondo de la habitación. Era normal que él estuviese ahí porque era su cuarto de descanso. Lo que no era normal es escuchar los gemidos de cierto piloto británico, pidiendo por más. El mayor no quería incomodar a la pareja, pero esta situación no era la primera vez por lo que tomo cartas en el asunto.

— Me dejaran unirme a ustedes o tendré que seguir de espectador. - Dijo Fernando en forma de broma.

La pareja se separó de forma brusca haciendo que Lando casi se cayera de la mesa, pero fue sostenida por su novio que reaccionó a tiempo. Vaya susto que se habían metido ya que pensaban que nadie se encontraba en la habitación que siempre usaban. No habían notado que alguien se encontraba ahí.

— ¡Dios! Alonso casi nos matas del susto tío, ¿Qué haces aquí? no se supone que debes estar con tu equipo. - preguntó Carlos, tratando de desviar el tema de conversación.

—Ostias tío es que cojones hacéis vosotros aquí, no sabéis que es la privacidad, cada carrera se mete a mi lugar de descanso. No les había dicho nada porque al inicio pensé que se equivocaron al entrar a la habitación las primeras veces, pero ya me cansé. Si quieren coger solo díganme y me saldré sin un problema, el pobre de Lando esta como esa frase que siempre dice Sergio "Esta más manoseado que fruta de mercado", dejad al pobre niño en paz. - Fernando no podía evitar ver las caras de la pareja por lo que se echó a reír mientras aumentaba la vergüenza en la pareja.

Lando y Carlos asintieron ante lo dicho, siendo que el primero en ponerse rojo fue el español por lo dicho por su compatriota y la risa que estaba soltando, seguido de él Lando también se enrojeció de la cara. La vergüenza estaba recorriendo sus cuerpos, haciendo que soltaran risas nerviosas, no podía creer que todo este tiempo los habían escuchado manosear, agradecían no haber llegado a algo más de eso, hubiera sido algo más traumático para Fernando.

— Alonso tío, perdón no queríamos perturbar tu siesta, podríamos hacer algo para compensarte. - Pregunto al chico Ferrari, mientras que su pareja trataba de reincorporarse y arreglar su mono.

— Que te parece si tú y Landito salen de mi habitación y buscan otro cuarto donde hacer sus cosas, ya demasiado trauma tengo al solo escucharlos.

Sin chistar la pareja se volvió a disculpar con Fernando y cuando estuvieron listos ambos salieron con cara de vergüenza, ya se les había bajado el calor que hace unos momentos tenían, por lo que mejor optaron por ir cada uno a su garaje y hacer como si nada paso, pero eso no les quito terminar en la noche lo que habían comenzado.

Mientras que cierto piloto de Aston Martin aún reía por la reacción de la pareja, los comprendía ya que él era así con Lance. Siempre buscaban algún lugar solo para besarse en secreto, ya que nadie excepto por Sergio sabía que ellos eran pareja. No quería tener problemas con el padre y jefe del canadiense, así como el contrario había decidido que el aún no estaba preparado para decirle a su padre que coje con su compañero, claro el siempre guardaría el secreto de esa pareja.

Eso le recordaba que tenía que buscar a su querido novio y darle mimos, como se los ha dado en los últimos días. Amaba mimarlo y que Lance se dejase hacerlo, sobre todo cuando este en forma de agradecimiento le llena la cara de besos. Podría decirse que extraño a su niño Mapple. 

One Shot F1Where stories live. Discover now