Carlos estaba nervioso, sentía que devolvería lo poco que había desayunado ese día. No estaba alegre como se suponía que debería estar, ni siquiera quería estar ahí, ¿Quién quisiera estar en un lugar donde se sentía que moriría? Se detestaba por haber aceptado el trato de sus padres.
Era triste el saber que se casaría de esa forma, puede que aún nadie se haya dado cuenta del embarazo, pero en algún punto lo harían, era la única razón por la que estaba ahí, la única razón por la que había aceptado todo. Extrañaba a Lewis, anhelaba poder irse con él, dejar todo y a todos atrás, ser feliz con él.
Ni él, ni Logan se amaban, solo lo hacían por un ser humano que ni aún nacía, tenía que hacerse responsable de sus acciones, por más que se mirara en el espejo no lograba reconocerse, ¿Dónde estaba ese chico lleno de ilusiones? Ya no tenía su brillo de vida, ya no había sonrisas, se veía un poco demacrado, temblaba un poco por todo, tenía mareos, ya no era él.
Unos golpes en la puerta lo sacaron de su transe, por el reflejo del espejo se dio cuenta que era Lewis quien se asomaba por ella, quien con cara serena se acercó hasta él con un rostro de preocupación, abrazándolo por atrás y dejando un pequeño beso en el cuello de este.
— Carlos, por favor, vámonos. Huyamos. Seamos solo tú y yo, olvidémonos de todo.
Carlos no despegaba su vista a la de Lewis, quería hacerlo, huir con él, quería ser feliz con él, pero este no sabía el verdadero motivo del cual estaba casándose, como le diría que sería padre, que lo estaban obligando a casarse, ¿Cómo le dices al amor de tu vida que le estás ocultando un bebé?
— Lewis... yo no.
Lewis interrumpió a Carlos. — No importa lo que tengamos que hacer para estar juntos, yo te amo y tú me amas con eso me basta, no necesitamos de nada ni de nadie.
Las mariposas en el estómago de Carlos estaban revoloteando como locas, eso lo emocionaba, era su ilusión, pero no podía hacer lo que tanto estaba anhelando.
— Lo siento Lewis, esta vez no puedo hacerlo, hay... hay algo que no te he dicho.
— No me importa amor, podremos superar todo obstáculo que se nos atraviese y también podremos...
— ¡LEWIS! – Hizo que se callara Lewis. — Voy a ser papá.
Las palabras de Carlos dejaron impactado a Lewis, ¿el amor de su vida será padre con otro hombre? Eso lo había puesto en shock, no quería creer eso, se negaba, ¿Carlos siendo padre? Volteo a verlo para que este lo mirada directamente a los ojos, le dijese que esas palabras eran mentiras, solo una broma, pero por la cara de Carlos se dio cuenta que nada era mentira.
— No... — Fue lo primero que salió de Lewis, tratando de negar lo dicho. — Dime que esto es una broma Carlos. Mierda, dime que es mentira.
— Me gustaría decirte eso Lewis, pero no lo es, voy a ser papá.
— Entonces el padre es...
— Así es, no espero que lo comprendas. Te ame, te ame como nunca lo he hecho, pero es hora de que digamos a dios, no es justo alejar a mi hijo de su verdadero padre, de negarle todo lo que siempre quise para él. — Lagrimas amenazaban salir de los ojos de Carlos, quien volteo para que Lewis no lo viese así de vulnerable.
— No, no te voy a dejar ir, no me importa que tengas a un hijo de otro hombre, podemos irnos los 3, no me importa criar a un bebé que no es mío, con estar a tu lado me basta mi amor. – Lewis abrazo más fuerte a Carlos, para empezar a llorar en su hombro.
— Lewis, cariño, ya todo está decidido, por más que me duela tenemos que decirnos adiós. – puso una mano en la mejilla izquierda de Lewis, Carlos acaricio con la yema de su pulgar delicadamente su piel, tratando de calmarlo. – Te amo y eso jamás cambiara, pero este es nuestro adiós definitivo.
Carlos dejo un último beso en la mejilla contraria de Lewis, en forma de despedida, ambos ya se encontraban soltando lágrimas silenciosas, dolía, diablos qué dolía, pero ya nada se podía hacer.
Carlos dejo a Lewis solo en la habitación, quien, aún en shock, no podía creer lo que había pasado, todo lo que se había dicho, las acciones de Carlos, todo eso lo dejo estupefacto. Rápidamente salió del trance y corrió tras el español. Carlos solo sintió como era tomado por la muñeca y obligado a correr hasta la salida del lugar, todos los observaban impactados por ver de quienes se trataba.
Tal vez Carlos se niegue a hacerlo por voluntad propia, pero el empujón de Lewis al ser sacado del hotel y subido al auto de este último, lo hizo entender que su amor era aún más fuerte, que Lewis Hamilton era el indicado para él. Pensar en un futuro con él y nuestro bebé me llenaba el corazón, el cómo sería de padre y como se tomaría la noticia, de que él es el verdadero padre de mi bebé.
Desde que le había dicho que me casaría con Logan, Lu se había vuelto loco, no lo aceptaba, lo primero que me dijo era que huyéramos, nos fuéramos de aquí y buscáramos un lugar donde nadie los reconociera, ser felices los dos. Por obviedad lo rechace, todo estaba listo, la boda estaba lista, el acuerdo estaba firmado, no podía hacer nada.
Pero ahora verlo como su cabello se mueve con el aire, ver como conduce y ese ceño fruncido por sus pensamientos se le hacían algo sexy, no sabía si eran por las hormonas o por el ambiente, pero se acercó hasta el mayor y fue dejando besos en su cuello, haciendo que Lewis saliera de su trance y soltará risitas por el cosquilleo. Definitivamente había escogido a la mejor persona para estar a su lado y formar la familia que tanto quería.
La brisa golpeaba sus rostros, era un nuevo comienzo, una nueva vida y un futuro juntos donde se amarían hasta el fin del mundo.
