Capitulo Quince

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。*⁠✧⁠「Luz 」✧⁠*  。

Eran al rededor de las doce de la mañana...doce y media creo, no lo sé, yo solo me desperté aunque estaba muy cansada y quería seguir durmiendo por lo menos dos meses más, me senté en lo que yo pensaba que era mi cama, me talle los ojos para después ponerme mis lentes, cuando enfoque bien la vista ví el pecho de Maximiliano desnudo, estaba muy bien marcado, tenía tremenda tableta de chocolate y no lo podía negar, cuando me di cuenta que estaba sentada en su regazo y que el estaba despierto viendo su celular, me baje de la cama de una salto demaciado nerviosa y avergonzada, un sonrojo recorrió toda mi cara, parecía una frutilla o un tomate.

— ¡L-lo si-siento mu-mucho! ¡Y-yo no sa-sabia qu-que es-estaba se-sentada hay! — Dije demaciado nerviosa mientras me tapaba la cara con las manos.

— No importa, dormiste arriba mío así que no me importa — Dijo tranquilamente mientras despegaba la mirada de su celular.

Me quedé callada sacando mis manos de mi cara ¡Estaba muy tranquilo y yo queriendo que me trague la tierra! Solo me quedé callada mirandolo a los ojos, me senté en la cama para después suspirar mirando el suelo.

— Está bien...¿Cómo estás de tus heridas? Tendría que revisar. — Dije demaciado nerviosa mientras desviaba la mirada a Maximiliano.

— Estoy bien, solo me duele un poco el corte de la mejilla cuando hablo pero solo eso — Dijo el chico mientras se sentaba en mi lado mirando el suelo. — Sabes...le gusto la charla de ayer...nunca me reí tanto con alguien... gracias, supongo.

Sonreí dulcemente mientras lo escuchaba para después ver el suelo en silencio mientras movía mis pies.

— Si...a mi me divirtió mucho la charla, nunca pensé que seas tan gracioso y bromista Maximiliano. — Reí levemente mientras miraba el suelo.

— Ni yo lo sabía, pero bueno, cada día se descubre cosas nuevas de uno mismo ¿No? — Dijo mientras me miraba con una sonrisa de lado.

— Tienes Razón, también conocemos cosas de otras personas cada día. — Sonreí y lo mire a los ojos...esos ojos azules que me encantan.

— También, por ejemplo ayer descubrí que eres demaciado chismosa. — Exclamó con un tono burlón mientras me miraba.

Rei levemente mientras lo escuchaba y lo miraba para después estirarme.

— Tienes Razón, soy demaciado chismosa, me encanta el chisme y siempre me va a encantar. — Afirme mientras miraba al pelinegro. — Yo descubrí que eres muy bromista y también eres chismoso, no lo puedes negar. — Rei levemente mientras lo miraba.

— Tengo que admitirlo, también soy muy chismoso y me gusta saber cosas. — Declaró riendo levemente mientras me miraba.

No sé que me estaba pasando pero verlo sonreír y reír me hacía sentir cosas en el estómago, no sabia porque pero me encanta escuchar su risa y eso que es la primera vez que la escucho.

— Mmm...tengo hambre...¿Me podrías traer algo de comer? — Dije mientras miraba a Maximiliano moviendo sus pies.

— Claro que si, seguramente Amelia ya allá echo el desayuno, ya vuelvo.

Me quedé en silencio mirando como Maximiliano se ponía de pie y salía de mi habitación, me recosté en la cama mirando el techo en silencio asimilando todo lo que había pasado con Maximiliano, estaba cambiando, no estaba serio ni nada, era más sonriente y amable conmigo, no me podía negar, me estaba empezando a encantar que sea así conmigo.

Después de unos minutos ví que Maximiliano entra con dos bandejas que tenían el desayuno, me senté en la cama mientras lo miraba confundida.

— ¿Dos bandejas? ¿Porque trajiste dos bandejas?. — Dije con un tono curioso mientras agarraba la bandeja que me estaba dando Maximiliano.

— Pues voy a desayunar contigo ¿No puedo hacerlo? Si es así me voy. — Dijo mientras se sentaba en mi lado.

Me sorprendí cuando dijo eso, nunca pensé que iba a desayunar conmigo, me gustaba tener una compañía así que sonreí y empecé a comer con pequeños bocados.

— Claro que si puedes, me alegra que desayunes conmigo, así no estoy sola, me encanta estar acompañada de alguien. — Exclamé dando pequeños bocados mientras miraba el suelo.

— Obvio que puedo, es mi casa y además Amelia está con su esposo y no la quiero molestar, también no me gusta desayunar solo, es mejor estar acompañado. — Conto Maximiliano mientras comía y miraba a la pared en silencio. — Después te tengo que mostrar algo.

— ¿Mostrar algo? ¿Que me vas a molestar? — Pregunté con un tono curioso mientras lo miraba.

— Algo que después de desayunar te voy a mostrar, no seas impaciente niña. — Afirmo mientras desviaba la mirada y me miraba.

— Pero yo soy muy impaciente y quiero saber ya, porfavor Maximiliano — Dije suplicando mientras lo miraba a los ojos, no podía estar a qué termine de desayunar.

— Dios niña, eres muy impaciente y curiosa,vas a tener que esperar así que te callas. — Dijo con una sonrisa de lado mientras me miraba

Hice un puchero y volte los ojos para después ver el plato, me sorprendí al ver que ya llevaba la mitad de la comida y no tenía náuseas, era un logro para mí aunque ya no quería comer más,me quedé callada al ver que Maximiliano se ponía de pie y me sacaba la bandeja.

— Comiste la mitad, no te obligues a comer más ¿Si? Dejare las bandejas con los platos en la cocina, ya vuelvo. — Exclamó mirándome a los ojos y con las bandejas en las manos.

— Esta bien, gracias Maximiliano, ve yo te espero ¿si?.

Me quedé en silencio al ver que el pelinegro sale de mi habitación, me acosté en la para para después mirar el techo pensando en lo que me iba a mostrar Maximiliano, no tenía nisiquiera una idea de lo que me podría molestar, capaz me mostraría la casa o algo que me compro, no lo sé, ya quiero que llegue, soy demaciado impaciente y no puedo esperar.

Escribe para Mí...Where stories live. Discover now