Melodía

462 58 16
                                    

    Ella nunca fue de ser una gran cantante, es más lo suyo no era cantar. Pero aquel día, sentía la necesidad de hacerlo.
    Cogió el gato en brazos y comenzó a cantar y a bailar por el salón, mientras, el pequeño felino miraba a su "mamá" sin entender lo que estaba pasando, sus ojos amarillos la miraban como si estuviera sorprendido.
    Por supuesto, ella se dio cuenta y eso la hizo reír fuerte.
   — ¡Tienes una cara divertida! —exclamó, dándole un toque en la nariz. 

    Jake escuchó todo desde el cuarto en donde trabajaba, lo que le hizo sacar una sonrisa.
    Se levantó de la silla tomándose un pequeño descanso y se dirigió al salón.
    Se apoyó en la pared, observando la escena. Ella tenía una mano en la patita del gato, mientras esté seguía en sus brazos observándola. Realmente el gato la quería más a ella que a él.
    El de cabellos negros soltó una risa, mirando cómo se movía grácilmente por el salón. La joven llevaba una camiseta de él, que hacía parecer como si llevase un camisón largo, junto con esos pantalones de pijama que a ella le gustaba porque tenía pequeños pajaritos dándose con el pico. Y aun con su cabello revuelto, seguiría siendo la más hermosa de todas. 

    Ella al girar en un paso, vio que Jake estaba ahí parado. Sus mejillas se colorearon de rojo al verle ahí.
   —Perdón ¿Te he distraído? —preguntó la joven, acariciando ahora al gato.
    Jake levantó el mentón, escondiendo su sonrisa. Se acercó a ella mientras hacía sonidos de garganta, como si estuviera pensando.
   —Digamos que un poco —contestó serio. Obviamente, fingiendo, porque nada más de estar cerca de ella, colocó su mano en su cintura, atrayéndola hacia él.
   —Eres un pésimo mentiroso —le respondió ella—, solo tengo que mirarte a los ojos para saber qué no me dices la verdad, Jake.
   —Verdaderamente no puedo ocultarte nada.
   —No a mí, al menos.
    Soltó una risita, dejando un beso pequeño en los labios de su novia.
    Sus corazones latieron deprisa. Cualquier pequeño gesto romántico era más que suficiente para que toda su felicidad fuera completa.
   —Me gusta cuando cantas —pasó su mano por el cabello de la chica, apartándolo de su cara, para ver mejor sus ojos cálidos—, porque sé que eso significa que estás bien y eso me calma.
   — ¿Aunque no sea una "Mariah Carey"? ¿Una "Madonna"?
   —Ellas no llegan a tu altura.
   —Vuelves a mentir —se mordió ella el labio, escondiendo su sonrisa divertida—, pero te lo perdono.
    Esta vez el beso fue más lento y largo. Se sentía como en una nube por cada beso que Jake le daba.

    El pequeño felino se quejó, lo que los hizo que parasen de besarse. La joven dejó al animal al suelo, y esta vez Jake la miró con curiosidad.
   — ¿Y a qué viene está mañana tan de felicidad? —le preguntó, cogiendo sus manos y acariciándolas despacio— Normalmente los sábados te levantas más tarde porque puedes descansar todo el día.
   —No puedo decírtelo —entrelazó sus dedos, balanceando los brazos despacio—, vas a tener que esperar un poco.
   — ¿Por qué? ¿Me has comprado un regalo? —preguntó mucho más curioso que antes.
   —No te lo voy a decir —con cada palabra, iba subiendo con los dedos por su pecho, como si estuvieran caminando—. Como dije, tendrás que esperar.
   — ¿Cuánto tiempo? —cerró los ojos cuando ella le dio un toque en la nariz, disfrutando de su lado juguetón— Puedo ser paciente, pero contigo, siempre me dejas con ganas de querer saber más.
   —Entonces mucho mejor —le dio otro beso y le rodeó con sus brazos, comenzando a balancearse al ritmo de la música.
    Jake colocó ambas manos en sus caderas, moviéndose también con la música.
    Era un momento que ninguno quería romper.

La joven comenzó a tararear la canción, mientras que Jake apoyó su cabeza en la de ella, disfrutando de su voz.
   —Oye Jake... —susurró y se notaba un tono de felicidad en su voz.
   — ¿Sí?
   —Si tuvieras que escoger un nombre favorito ¿Cuál sería? 

Duskwood Colecciones de Oneshots Volumen 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora