Día familiar

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    Macie había regresado del baño, encontrándose con una hermosa escena.

    Jake le señalaba a Hope los peces del acuario, junto con unas palabras de emoción hacia la pequeña, que se reía al ver cómo su padre imitaba a los peces.
    La mujer sacó el móvil del bolso y sacó una foto de ambos, sonriendo. Era una escena hermosa, como sacada de esas películas familiares. Algo que había deseado siempre y ahora tenía.
    Se acercó con el carrito, el pequeño Jareth ya estaba más calmado tras haber terminado su hora de comer. Le dio un toque a Jake en el hombro y al girarse sonrió al verla.
   ― ¿Todo bien, ángel? ―le preguntó junto con un beso en los labios.
    Con el tiempo, se había acostumbrado a ese apodo. Cada vez que lo decía, era como escuchar unas palabras mágicas que hacían que su corazón diera saltos de alegría.
   ―Sí, ya sabes que a esta hora suele comer ―contestó mirando al pequeño.
   ―Come mucho ―Hope miró a su hermano pequeño, señalándolo.
   ―Bueno, porque es pequeño y tiene que comer para hacerse grande y fuerte ―Jake miró a la pequeña, explicándoselo―. Tú también lo hacías, aunque por supuesto, no te puedes acordar de eso.
    Le dio un pequeño toque en la nariz, lo que hizo que la niña se riera. También acarició la cabeza del pequeño, que movió los brazos, alegre de la atención de su padre.

    Hope se cruzó de brazos, quejándose por la atención que su padre le daba a su hermano, a lo que este también le acarició el cabello, pero después se lo revolvió. Otra risa salió de la boca de la pequeña, para después abrazarle.
   ― ¿Vamos a ver a las focas? ―Hope miró a su padre y después a su madre, con una sonrisa― ¡Zayne va a estar viéndolas también!
    Jake suspiró, casi de manera exagerada. Macie sonrió al ver su expresión de padre preocupado.
   ― ¿Y si no adelantamos nosotras y ahora tú te quedas con Jareth? ―le preguntó Macie, viendo después a su hija asentir rápidamente― Toca el momento padre-hijo.
   ―Tan solo vigílalos ―bromeó Jake, mientras dejaba a Hope en el suelo, que al instante ella fue a coger la mano de su madre.
   ―Solo es su amigo, Jake ―la rubia puso los ojos en blanco, sin borrar la sonrisa―, yo también tuve uno, no pienses que los vamos a comprometer.
   ―Nuestra hija es preciosa, cualquier niño o niña iría detrás de ella ―Jake se colocó detrás del carrito, sujetándolo.
   ―Jake, son solo niños ―Macie le dio un beso en la mejilla, riéndose―, ya harás de suegro cuando crezca y consiga pareja, por ahora no te preocupes.
   ― ¡Mamá! ¡Vamos! ¡Quiero ver a Zayne! ―la pequeña tiraba de su madre, con energía.
    Macie miró a Jake con una sonrisa maliciosa, por la emoción de su hija mayor.
   ― ¿Y no quieres ver a las focas? ―le preguntó mientras se alejaban.
   ― ¡Sí! ¡También! ―respondió Hope con una gran sonrisa― Pero es mejor cuando Zayne está.

    Jake vio cómo se alejaban y entonces, escuchó al pequeño Jared llorar.
    Se inclinó y vio cómo estiraba sus brazos hacia su madre, viendo cómo se marchaba. Eso había hecho que el chupete se le cayera. El padre, lo cogió del suelo y de una cajita sacó otro, guardando el que se había caído para limpiarlo más tarde.
   ―Ey, Jareth, tranquilo, estoy aquí ―le decía con voz suave, mientras le daba el objeto.
    El pequeño le miró con ojos vidriosos, pero poco a poco se empezaba a calmar cuando vio a su padre.
    El moreno soltó una pequeña risa, acariciando el cabello negro también del niño.
   ―No sabéis lo felices que me hacéis vuestra madre y vosotros ―continuó hablando, como si le entendiera ¿lo hacía? Al menos sabía de lo que estudió antes de que naciera Hope, que era importante hablarlos con claridad―. Procuraré que jamás os suceda nada malo.
    Jareth simplemente lo miraba mientras movía el chupete, levantando las manitas hasta la cara de su padre, que le hizo reírse.
   ―Y sí, lo mismo que he dicho de Hope, también va por ti cuando crezcas ―dejó que le cogiera su mano con las manitas del pequeño―, primero tendría que conocer a sus padres para saber si es buena idea estrechar lazos con la familia ―suspiró, arqueando las cejas―. O mejor hago caso a tu madre y dejo que el destino os haga como a nosotros, encontrar a la persona adecuada.
    El pequeño rió y su padre le dedico una sonrisa dulce. Incluso si había pasado los años, aún no se acostumbraba de que haya llegado hasta ese punto de su vida.
    Le besó la manita, incorporándose y cogiendo el carrito.

    Miró al frente, viendo a lo lejos cómo la pequeña Hope daba saltos de alegría al querer encontrarse con su amigo y a su mujer, animándola a saltar.
    Realmente, tras todo lo que le había sucedido en su vida, ya no lo cambiaba por nada en el mundo.

    Esta era la mejor vida que podía tener.

Duskwood Colecciones de Oneshots Volumen 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora