S.O.S.

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     Había ido a una cafetería para trabajar y disfrutar de un buen café. Era lo único que quería hacer ese día.
    Jake ya estaba lo bastante estresado en su vida como para tener que notar malas vibraciones en el local. Algo que nunca le había pasado. Era como si notase a alguien quejarse en su cabeza y ni siquiera era él.
    Giró levemente en dirección a que esa sensación le molestaba. Tuvo que aguantar la risa al verlo.

    Era un grupo de cuatro personas, dos chicos y dos chicas ¿una doble cita? La joven de cabello negro hablaba con uno de los chicos, mientras que la joven rubia parecía escuchar al otro chico sin mucho ánimo. Pero lo gracioso era lo que la joven rubia estaba haciendo. Movía el dedo índice de su mano izquierda en un movimiento repetitivo: S.O.S.
    Jake se tapó la boca para evitar soltar una pequeña risa. La joven claramente le estaba enviando señales a su amiga y no se estaba dando cuenta. Las señales incluso se habían desviado hacia él.

   No podía evitar fijarse en ella. Se notaba que estaba aburrida en esa doble cita. Y más con esa sonrisa forzada.
   <<Quizás debería ayudarla de alguna manera.>>
    Cogió un par de servilletas, haciendo una bola de papel. Tenía que hacer que su amiga se diera cuenta.
    Se lo lanzó de manera perfecta, llegando a darle a la mano de la joven de cabellos negros.
    Ella se giró en dirección de donde había sido enviada, fijándose en Jake.
    El joven señaló con la cabeza a la mano de su amiga moviendo el dedo y la chica se rio.
    Hablaron un poco, levantándose de las sillas.

    Jake soltó una risa pequeña, regresando al ordenador. No fue al cabo de dos minutos que vio cómo una servilleta caía encima del ordenador junto con un número de teléfono.
   —¡Lian! ¡Para! —escuchó decir a una voz femenina mientras se alejaban.
   —¿Qué? Es guapo y te ha ayudado.
    Las mejillas del joven ardieron, viendo cómo se marchaban. La rubia parecía irse deprisa por la vergüenza, mientras que la chica morena la seguía riéndose.
    En ese momento, una pelirroja de cabello corto entró en la cafetería, a paso rápido.
   —¡Te he estado llamando! ¿Por qué no contestas al móvil? —preguntó sentándose en frente de él, colocando el bolso en la silla— Agua, por favor —pidió rápido a un camarero.
   —Lo tengo apagado, necesitaba concentrarme en el trabajo —contestó Jake, con un suspiro—. Te preocupas demasiado, Katherine-
   —¿Y eso? —Katherine frunció el ceño, mirando la servilleta
   —Oh, no es nada, solamente una broma de una chica —contestó de una manera inocente. Él ni siquiera lo había aceptado o guardado en el móvil.
    En cuanto el vaso fue traído, y la joven al querer cogerlo, vertió el contenido en la mesa, mojando por poco el ordenador.
   —¡Qué torpe soy! —usó la servilleta con el número para secarlo, en su mente esperaba que Jake no hubiera memorizado el número— ¿Está bien el ordenador?
    Jake miró nervioso el objeto. Pasando la mano mientras deseaba que no se hubiese mojado. Se sintió aliviado cuando vio que estaba en perfecto estado.
   —Sí, está bien —dijo con un suspiro.
   —Bien, pues a lo que venia a decirte —colocó sus manos debajo de su barbilla—. Hay una fiesta en el club de campo de mi madre y nos ha invitado, así que tienes que buscar urgentemente ropa elegante, porque no querrás que vaya yo sola ¿Verdad?
   —¿Cuándo te he fallado yo? —le preguntó el joven con una sonrisa.
   —Cierto, nunca lo has hecho, por eso es que eres el mejor novio.
    Soltó una risa. Claramente fingida.
    Otra fiesta en donde no se sentiría él. En donde fingía estar al mismo nivel que todos ellos, cuando había tenido que trabajar duro hasta llegar a donde estaba y Katherine parecía que le exhibía como un trofeo desde hace dos años.

    Realmente no era al final como pensaba. Claramente se había enamorado de la belleza. Suponía que es lo que pasa cuando eres joven y la primera persona a la que le llamas la atención, ya te parece el ser más perfecto del mundo.

    <<Me pregunto si hago ahora una señal S.O.S. ¿alguien se daría cuenta?>>

Duskwood Colecciones de Oneshots Volumen 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora